Economía desde una perspectiva basada en la fe cristiana
De forma diferente al vagar del espíritu humano, el enfoque cristiano se centra en el crecimiento espiritual con un propósito único que guía todas las conductas, actitudes y pensamientos. Este enfoque no tiene similitud con la idea de vagar o migrar de manera trascendental como se menciona en corrientes espirituales orientales.
El pensamiento cristiano implica un compromiso con la propia vida, la de los demás y el entorno, considerando a cada individuo y grupo humano responsables de todo lo que nos rodea. A diferencia del individualismo presente en corrientes filosóficas o religiosas, en las cuales la responsabilidad social es vista como una cuestión de libertad de elección o conveniencia, ya sea individualmente o colectivamente, política o ideológicamente.
Por otro lado, la fe cristiana ofrece una perspectiva única, directa, a un costo más bajo que cualquier otro enfoque, incluso para aquellos que no creen. Propone una identidad de fe, tanto individual como colectiva, con metas compartidas, orden, sociabilidad e identidad. La determinación de objetivos individuales, grupales, nacionales o mundiales no puede establecerse sin una clara comprensión de la identidad de los actores civiles, políticos, militares o religiosos.
Además, Juan Pablo Duarte experimentó el poder de la fe y lo aplicó al unificar una nueva nación con el lema Dios, Patria, Libertad, fusionando diversas etnias como aborígenes, africanas, españolas, judías, entre otras, para materializar un proyecto de libertad e igualdad gestado desde ideales cristianos.
Evolución económica y espiritual en la historia cristiana
Max Weber destacó que sin la influencia de la ética cristiana, el capitalismo tal como lo conocemos no habría prosperado. La importancia del ahorro y la reinversión, dentro de una ética religiosa calvinista, impulsó la acumulación primaria motivada por la creencia de que la prosperidad del empresario era una manifestación del favor divino, junto con una conducta ética en el manejo del capital.
La fe, en su esfera práctica, sirve como base de estabilidad emocional y mental en ámbitos individuales, familiares, empresariales o nacionales, como lo evidencia la resistencia de Israel a lo largo de la historia ante diferentes adversidades. Este pequeño país ha enfrentado grandes desafíos desde imperios antiguos hasta amenazas modernas, manteniendo su identidad y fortaleza.
Asimismo, República Dominicana, a pesar de ser un país pequeño en extensión territorial, ha enfrentado agresiones de potencias occidentales y logró su independencia con un reducido grupo de civiles frente a fuerzas haitianas, venciéndolas en múltiples batallas. La fortaleza ideológica, espiritual e identitaria de muchos pueblos con raíces cristianas, como los israelitas, es un ejemplo de cómo la fe puede ser un pilar fundamental en la resistencia ante adversidades.