La respuesta de Latinoamérica a las elecciones en Venezuela: desde el desacuerdo manifestado por Chile y Argentina hasta la postura expectante de Brasil y México

La proclamación de Nicolás Maduro como ganador de las elecciones presidenciales en Venezuela por parte del Consejo Nacional Electoral (CNE) ha provocado una ola de reacciones en toda Latinoamérica, abarcando desde las solicitudes de claridad y certeza por Chile y Argentina hasta una posicion de observación detenida por parte de Brasil y México.

El mandatario chileno, Gabriel Boric, fue uno de los primeros en expresar su escepticismo, calificando de “poco fiables” los resultados electorales anunciados y exigiendo la entrega de todas las actas a observadores internacionales neutrales y a la facción opositora.

Boric afirmó, “Sin la entrega total de las actas, Chile se reservará el derecho de reconocer los resultados anunciados por el CNE”. Además, enfatizó la importancia de una transparencia y verificación absolutas en procesos electorales tan señalados, a través de la participación de veedores internacionales independientes.

En Argentina, el presidente Javier Milei catalogó los resultados electorales en Venezuela como una “manipulación electoral”, y rechazó abiertamente la declaración del CNE sobre la victoria de Maduro, denunciada por la oposición debido a irregularidades. Milei declaró, “Esta manipulación electoral es inadmisible, y Argentina se une al llamado internacional para restablecer el Estado de derecho en Venezuela”, reiterando la apertura de Argentina a aquellos que busquen la libertad.

El portavoz presidencial argentino, Manuel Adorni, criticó fuertemente el fraude electoral llevado a cabo por Maduro y exigió transparencia total en el conteo de los votos, subrayando que no se reconocerá ningún resultado sin verificación de observadores internacionales imparciales.

Brasil y México optan por una posición cautelosa

El gobierno brasileño, reconociendo la naturaleza pacífica de las elecciones, optó por esperar la divulgación completa de los resultados para emitir un juicio sobre el supuesto triunfo de Maduro, subrayando la necesidad de confirmar la soberanía popular mediante una revisión imparcial de los resultados.

La posición de México, expresada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, también sugiere una actitud de espera, reconociendo el resultado una vez que se confirme oficialmente la tendencia a favor de Maduro por parte del CNE vnezolano, respetando así el proceso legal y electoral.

Esta postura de cautela refleja el compromiso de ambas naciones con los principios democráticos y resalta la importancia de una confirmación legítima por parte de las autoridades electorales venezolanas antes de reconocer el resultado de las elecciones.

Los efectos en la migración son vigilados por Perú y Panamá

Tras anunciar la suspensión de las relaciones diplomáticas con Venezuela hasta que se verifiquen por completo los resultados electorales, el presidente panameño, José Raúl Mulino, expresó su preocupación por el posible aumento del flujo migratorio de venezolanos, reflejando su compromiso con la democracia y los refugiados venezolanos en Panamá.

Perú, por su parte, se une a esta vigilancia, al tiempo que condena el intento de consolidación de un fraude electoral por parte del gobierno venezolano, y se prepara para los posibles efectos migratorios que dicho evento podría tener.

Esta preocupación compartida por Perú y Panamá subraya la importancia de monitorear los impactos sociales y económicos de la situación política en Venezuela, especialmente en términos de migración, y preparar respuestas adecuadas para los desafíos que podrían surgir.

Apoyo a Maduro por parte de sus aliados

Luis Arce, el presidente de Bolivia, fue uno de los primeros en felicitar a Maduro, destacando su elección como un homenaje al legado de Hugo Chávez. Así, Arce y otros aliados regionales de Maduro, incluidos los líderes de Nicaragua y Cuba, han expresado su respaldo, calificando el resultado electoral como un momento de dignidad y victoria.

Asimismo, la ALBA ha confirmado su apoyo a Maduro, reconociendo los resultados electorales como un triunfo claro, lo que reafirma las alianzas políticas en la región y destaca la división de respuestas internacionales frente a los resultados electorales en Venezuela.

Este respaldo de países y bloques aliados no solo consolida el soporte político hacia Maduro sino que también evidencia la polarizada reacción internacional ante la situación política venezolana, marcando una clara línea entre los gobiernos que buscan abogar por principios democráticos y aquellos que priorizan alineaciones ideológicas.

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