Desafíos en el entorno político cercano
La situación política en los países vecinos está experimentando serias turbulencias.
En el ámbito centroamericano, se observan movimientos preocupantes. Mientras Nicaragua se enfrenta a conflictos con deportaciones masivas y negación de ciudadanía a grupos religiosos, en Honduras, el gobierno de Xiomara Castro ha decidido revocar un antiguo acuerdo de extradición con Estados Unidos para proteger a supuestos líderes del narcotráfico. Este cambio de postura refleja la creciente influencia del narcotráfico en la política hondureña. A pesar de la disminución de la criminalidad en El Salvador, se ha logrado a expensas de las libertades individuales. En Guatemala, Bernardo Arévalo intenta gobernar, pero se enfrenta a un sistema judicial y político complicado. Por otro lado, Costa Rica y Panamá, aliados de la República Dominicana, logran sortear la crisis regional, mientras que en México, las reformas constitucionales propuestas por Andrés Manuel López Obrador generan incertidumbre en el sistema judicial, lo que podría impactar negativamente en los inversionistas extranjeros. Además, en un panorama distinto, la presidencia de Donald Trump enfrenta desafíos electorales en Estados Unidos.
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En América Latina, la situación en Venezuela continúa bajo una aparente dictadura, mientras que en Colombia se percibe un deterioro generalizado. Los países con menor ingreso per cápita, como Haití, Nicaragua, Honduras y Venezuela, enfrentan una presión migratoria que afecta a sus poblaciones.
Fluctuaciones políticas en Europa
En Europa, el surgimiento de movimientos de extrema derecha se ha intensificado debido a los flujos migratorios provenientes de países islámicos. Partidos como la ultraderecha alemana y francesa, encabezados por Marine Le Pen y Giorgia Meloni respectivamente, han ganado terreno en las elecciones, al igual que políticos como Gert Wilders en Holanda.
En cuanto a Haiti, la falta de avances visibles en el progreso del país, sumado a la escasez de apoyo internacional, ha provocado un aumento del control delictivo en zonas como Puerto Príncipe, lo que ha desencadenado una migración interna y externa significativa. Es probable que la diáspora haitiana sea mayor en otras regiones que en su propio territorio. Además, la división interna en el gobierno haitiano dificulta aún más la situación. Por su parte, Estados Unidos se replantea su participación en la región, mientras que la posible implicación de Naciones Unidas en la seguridad haitiana requiere un respaldo del Consejo de Seguridad, lo que representa un desafío diplomático. La reciente apertura de una embajada rusa en Santo Domingo podría estar relacionada con restricciones de vuelos desde Venezuela.
Finalmente, en República Dominicana, los resultados de una encuesta sobre la cultura democrática revelan un apoyo a prácticas autoritarias, tolerancia a la corrupción y nepotismo en el ámbito gubernamental.