Triste partida de periodista a causa de una enfermedad
Una reconocida comunicadora de Nagua, de larga trayectoria en Nueva York, dejó este mundo en el Montefiore Medical Center. A escasos pasos de su hogar, tras luchar contra una dolencia crónica.
A lo largo de su carrera, se destacó por su valentía y dedicación. En suelo dominicano brilló en los medios en los años 80, siendo reconocida como “Madam Saga”, junto a la también recordada Ana María Arias.
Recientemente, recibía tratamientos contra el cáncer en el Mount Sinai Hospital.
Además de su labor periodística, ocupaba cargos importantes en el ámbito político y mediático. Aportaba su visión a través de su columna semanal y su programa televisivo.
Defensora incansable del medio ambiente y de los valores de la comunidad dominicana en Nueva York.
Participaba activamente en labores comunitarias y promovía la unidad y la ética en la sociedad.
Reconocida públicamente como “periodista del año”, recibió múltiples distinciones por su trabajo y compromiso social.
Enfocada en el servicio público a través de la información, agradeció los reconocimientos con humildad y con la convicción de su rol como comunicadora.
Lamentablemente, su compañero de vida fue el abogado Rafael Molina Lluberes, con quien tuvo cuatro hijos, dos de los cuales la sobreviven.
En los próximos días se dará a conocer el lugar de velatorio y si sus restos regresarán a la República Dominicana. ¡Que descanse en paz!
Impactante noticia de fallecimiento en la esfera periodística
El Montefiore Medical Center en El Bronx fue testigo de la partida de una periodista de larga data en Nueva York. La batalla contra la enfermedad se tornó extensa para esta comunicadora oriunda de Nagua.
Su presencia en las ondas radiales y la televisión dominicana en los años 80 la catapultó a la fama como “Madam Saga”, compartiendo escenario con la inolvidable Ana María Arias.
La periodista recibía tratamiento oncológico en el Mount Sinai Hospital, en una lucha incansable contra el cáncer.
Además de su labor informativa, desempeñaba roles relevantes en la esfera política y mediática, influenciando a través de sus columnas y programas televisivos.
Defensora acérrima del medio ambiente y de las tradiciones dominicanas en territorio neoyorquino, enfocaba su energía en el bienestar de la comunidad.
Participante activa en la iglesia local, compartía su sabiduría con jóvenes y mujeres, promoviendo valores y buenas costumbres.
Reconocida como “periodista del año” por varias entidades, su legado de servicio y compromiso social era valorado por sus compatriotas.
Con lágrimas en los ojos, agradeció los premios recibidos, recordando siempre que el periodismo es un servicio al público a través de la información veraz.
Su unión con el abogado Rafael Molina Lluberes dejó como fruto cuatro hijos, sobreviviéndole dos de ellos.
En breve se informará sobre el lugar de velación y si sus restos regresarán a su país natal. Paz a su alma.