La líder de Bangladesh conocida como la ‘mujer de acero’ sucumbe ante manifestaciones estudiantiles

Sheikh Hasina, referente en la historia política de Bangladés durante los últimos 50 años y con el récord de permanencia en el poder en el sur de Asia, ha sido obligada a dimitir de su puesto como líder del gobierno de Bangladés este lunes después de servir cuatro periodos, siendo los tres últimos de forma seguida, debido a intensas protestas de grupos estudiantiles durante un mes.

La figura de Hasina, progenie del ‘padre de la nación’ de Bangladés, Sheikh Mujibur Rahman, había asumido en enero del año en curso su quinto mandato como cabeza del gobierno bangladesí tras conseguir un triunfo contundente con su partido, la Liga Awami, en las urnas el pasado 7 de enero, en donde lograron asegurar 223 de los 299 asientos disponibles.

Manifestaciones estudiantiles inicialmente pacíficas en universidades de Daca y otras urbes bangladesíes escalonaron hacia actos de violencia, resultando en la muerte de casi 300 personas, lo cual sacudió el dominio de Hasina en el gobierno tras su trío de mandatos continuos desde 2008, además de su término anterior entre 1996 y 2001.

Los primeros años de vida política de la ahora ex primera ministra estuvieron teñidos por el asesinato de su padre en 1975, en el marco de un golpe de Estado que acabó con la vida de la mayoría de su familia directa. A sus 76 años, Hasina emergió como la figura líder tras heredar el legado político de su padre, quien fue una pieza clave en la batalla de independencia de Bangladés contra Pakistán, conflicto en el que se involucró también la exmandataria.

Desde su exilio en Nueva Delhi, la exlíder forjó un importante círculo de apoyo. Regresó a Bangladés en 1981, momento en que formó una alianza con quien se convertiría en su principal contrincante político, Khaleda Zia, lideresa del Partido Nacionalista de Bangladés (BNP), que estuvo al frente del gobierno entre 1991 y 1996, y entre 2001 y 2006, y que actualmente se encuentra en arresto domiciliario debido a problemas de salud desde 2017, tras recibir una sentencia por corrupción.

Hasina y Zia lideraron una revolución en 1990 que terminó con el régimen del dictador Mohamed Ershad. Desde entonces, ambas mujeres se turnaron en el poder, hasta que en 2008 Hasina consolidó su influencia política. La relación entre ambas se deterioró hasta el punto que Hasina describió al BNP como una organización “terrorista”.

La gestión de Hasina como primera ministra coincidió con un notable avance económico en Bangladés, destacando una significativa reducción de la pobreza de un 12 % en 2010 a un 5 % en 2022, datos respaldados por el Banco Mundial.

La ex primera ministra era respetada internacionalmente por permitir el asilo de más de un millón de rohinyás, incluyendo cerca de 774,000 que escaparon en 2017 de la represión militar en Birmania.

A pesar de los elogios, sus detractores la criticaron frecuentemente por su liderazgo autoritario, los atroces violaciones de derechos humanos, asesinatos sin juicio y desapariciones forzadas.

La caída de Hasina, la líder de mayor antigüedad en el sur de Asia, fue precipitada por las protestas estudiantiles contra un controversial sistema de cuotas en la contratación pública.

Varios reportes locales indican que la ex primera ministra ya ha abandonado Daca en helicóptero, y se especula que su próxima parada podría ser un exilio en el nordeste de India. EFE

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