Kamala Harris, la decisión de unidad
Distintos aspirantes demócratas fueron sugeridos para suceder a Joe Biden en la competencia: desde el gobernador de California, Gavin Newsom, hasta el secretario de Transporte, Pete Buttigieg, y la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer. Sin embargo, aparte de Kamala Harris, como vicepresidenta, era la única opción que podía recuperar fácilmente los fondos recaudados por el presidente, “el hecho de que [Joe Biden] hubiera respaldado su candidatura hacía que cualquier competencia fuese complicada”, menciona Ludivine Gilli, directora del Observatorio de América del Norte de la Fundación Jean Jaurès. Aunque los delegados tenían libertad legal para votar por quien deseasen, “su apoyo, además del respaldo de los líderes y patrocinadores del partido, fue extenso e inmediato, por lo que la incertidumbre no duró mucho”, confirma François de Chantal.
Además, los plazos legales establecidos en cada Estado de EE. UU. para nombrar a un candidato favorecieron notablemente a Kamala Harris y su compañero de fórmula.
“En cierta medida, esto promovía la opción más legítima, más sencilla y menos complicada procedimentalmente, la del vicepresidente”, analiza Ludivine Gilli. A pesar de ello, existía el peligro de que el partido se fragmentara entre moderados y progresistas. Este desafío se superó en parte con la selección de su compañero de fórmula, Tim Waltz. “La elección se hizo pública antes de la convención, lo cual es poco común y claramente una táctica para unir al partido de antemano”, especialmente frente a Donald Trump, explica François de Chantal.
Durante los días de la convención, se buscará proyectar esta imagen de cohesión hacia el exterior. Los discursos, que se llevarán a cabo por la noche en horario de máxima audiencia, buscan precisamente eso. Por lo general, el candidato presidencial es el orador principal en la última jornada. Diversas figuras destacadas del partido, gobernadores, miembros del Congreso y exfuncionarios están programados para hablar o simplemente aparecer junto a los candidatos. “El desafío también radica en transmitir a los votantes los mensajes que impulsarán la campaña, incluyendo cómo mejorar la vida diaria de los ciudadanos estadounidenses, lo cual servirá para mantener el impulso generado con la candidatura de Kamala Harris y Tim Waltz”, detalla Ludivine Gilli.
El recuerdo de 1968
Si en el recinto de convenciones hubo escasas voces disidentes, la situación fuera de los edificios de la convención fue distinta. Un conjunto de organizaciones de izquierda, la Coalition to March on the DNC, ha obtenido permiso para protestar contra el respaldo de la administración demócrata a Israel en su conflicto en Gaza. El escenario evoca las violentas protestas de 1968 que interrumpieron la convención demócrata en el Grant Park de Chicago. No obstante, las similitudes no van más allá. “La policía se ha preparado durante un año para la convención y respetará el derecho constitucional a manifestarse”, declaró el superintendente de policía Larry Snelling a la televisión local WGN9.
En el clave Estado de Michigan, una parte de la nutrida comunidad árabe-musulmana amenaza con no respaldar al Partido Demócrata en señal de protesta por las políticas de la administración Biden. ¿Podría Kamala Harris aprovechar la convención para distanciarse de Joe Biden en el tema de Israel y Palestina? “Se espera que rechace el envío de armas exigido por los manifestantes. ¿Llegará tan lejos? Nada es seguro”, sostiene Ludivine Gilli.