Iluminación, sonido, expresiones artísticas y la presencia de importantes figuras del ámbito deportivo engalanaron a París, convirtiéndola en el centro de atención a nivel global.
La capital francesa dio inicio a la edición de los Juegos Olímpicos del año 2024 este viernes, con un evento inaugural realizado en las orillas del emblemático río Sena.
Por el río desfilaron aproximadamente 6.800 deportistas pertenecientes a 205 delegaciones, quienes viajaron en 68 embarcaciones a lo largo de seis kilómetros, ostentando indumentarias que reflejaban la cultura de sus países.
El comienzo se marcó con una señal de humo en los tres colores de la enseña nacional francesa, emergiendo sobre uno de los puentes más conocidos que atraviesan el Sena.
Posteriormente, cerca de 2.000 artistas entre bailarines y músicos, incluyendo la prestigiosa Lady Gaga de Estados Unidos, deleitaron a aproximadamente 300.000 espectadores que se congregaron para presenciar el evento.
Las actuaciones no se limitaron a las embarcaciones, sino que tuvieron lugar en varios puntos significativos a lo largo de la ciudad.
Aunque la ceremonia se realizó bajo una intensa lluvia, se enriqueció con vídeos que incluían rítmicos sonidos de herramientas como cinceles y sierras, además de mostrar el proceso de restauración de la Catedral de Notre Dame después del desafortunado incendio de 2019.
Incluso después de que se presentaran actos de sabotaje en la red TGV de alta velocidad, lo que ocasionó trastornos en el transporte a lo largo de la nación, el espectáculo continuó, culminando con el encendido de la llama olímpica en el Jardín de las Tullerías, al lado del Museo del Louvre.
Zinedine Zidane, destacado futbolista francés, llevó la torcha olímpica a lo largo del escenario para después pasársela al tenista español Rafael Nadal, indicando el acercamiento del final del acto.
Con la Torre Eiffel como fondo, que se apagó para dar paso a un impresionante espectáculo de luces, Nadal, junto a otros legendarios atletas como Carl Lewis, Nadia Comăneci y Serena Williams, cruzó el Sena en una embarcación, en un momento cumbre que condujo al encendido del pebetero olímpico.
El evento finalizó con una espectacular actuación de la cantante canadiense Céline Dion, quien interpretó Hymne à l’amour de Edith Piaf desde lo alto de la Torre Eiffel, marcando su regreso a los escenarios después de revelar que sufre de una compleja condición neurológica.