Impacto de la explosión en Líbano
Tras un incidente ocurrido el martes 17 de septiembre y atribuido a una fuente no identificada, nueve individuos perdieron la vida en Líbano, incluyendo a una menor, mientras que al menos 2.800 resultaron heridos en un lapso muy corto de tiempo. En paralelo, detonaron dispositivos de comunicación sin conexión telefónica que eran utilizados por los integrantes de un grupo islámico para evitar ser rastreados. La mayoría de los afectados pertenecían al partido Hezbolá.
Al mismo tiempo, Sophie Guignon, reportera de RFI en Beirut, describe la tensa situación en la sala de emergencias del Hospital Universitario Geitaoui, donde continúan llegando ambulancias. “Nos mantenemos en constante comunicación con el Ministerio de Salud. Estamos recibiendo casos críticos derivados de las explosiones. Estamos abarrotados, con quirófanos saturados y nuestras instalaciones de emergencia desbordadas por pacientes en estado crítico”, lamenta Naji Abi Rached, director médico del centro hospitalario. Ante la avalancha de heridos, diversos hospitales en todo el país han solicitado donaciones de sangre.
A pesar de la crisis prolongada que ha afectado al sistema sanitario libanés en los últimos años, éste ha logrado hacer frente a la conmoción reciente. Personal médico y enfermeras respondieron al llamado de las autoridades para gestionar la repentina y masiva llegada de casi 3.000 heridos a las salas de emergencia. La mayoría de las víctimas presentaban heridas en áreas como el abdomen, las manos y la cara. Doscientos de ellos se encuentran en estado crítico y varios han sufrido pérdida de visión.
Reacciones y consecuencias en Líbano
Ante el pueblo libanés se ha generado un profundo impacto. Existe una gran consternación, ira y preocupación acerca de los eventos futuros, particularmente después de que Hezbolá acusara a una fuente externa de estar detrás de este ataque sin precedentes y prometiera tomar represalias, según informa nuestro corresponsal en Beirut, Paul Khalifeh.
La magnitud del suceso llevó al gobierno a suspender las actividades académicas en escuelas y universidades el miércoles 18 de septiembre, cerrando también las instituciones públicas. Las autoridades consideran este hecho como una “agresión criminal” equiparable a un crimen de guerra, y Beirut tiene la intención de interponer una denuncia ante el Consejo de Seguridad de la ONU contra la fuente desconocida.
La mayoría de los heridos pertenecen al cuerpo militar de Hezbolá, muchos de los cuales han quedado temporal o permanentemente incapacitados. Además de las cifras de víctimas, una parte significativa de la infraestructura de comunicaciones de Hezbolá, fundamental durante los conflictos, ha resultado comprometida. Este ataque plantea dudas acerca de la seguridad de las comunicaciones dentro del grupo y la posible presencia de vulnerabilidades e infiltraciones. A pesar de ello, la fuerza militar de Hezbolá, que cuenta con un gran número de combatientes, sigue siendo sólida y su determinación de enfrentarse a la fuente desconocida no parece haber disminuido, al menos por el momento. El líder del movimiento tiene previsto hacer declaraciones el jueves, según lo anunciado por Hezbolá.