En Santiago, un tribunal impuso un castigo de dos décadas detrás de las rejas a un sujeto responsable de asesinar a un médico golpeándolo con un piedra y después incinerar sus restos. Este crimen tuvo lugar en octubre de 2021 en un sitio aislado llamado Loma de Verdum, perteneciente a Gurabo.
La sentencia fue dictada a Miguel Esteban Polanco Marcelino por el Primer Tribunal Colegiado del distrito judicial de Santiago, donde la fiscal Yarily Toribio expuso una serie de evidencias acumuladas contra él por el asesinato premeditado del doctor José Miguel Cabrera Luna, quien contaba con 34 años.
Las autoridades de Santiago, al trasladarse al lugar de los hechos el día del incidente, realizaron el levantamiento del cadáver, que estaba maniatado, amordazado y quemado, confirmando así la atrocidad del delito.
De acuerdo con la investigación, Polanco Marcelino y la víctima se encontraban en el mencionado lugar desolado cuando, de acuerdo al testimonio del sentenciado, surgió una pelea. En medio del conflicto, Polanco Marcelino agarró una piedra y atacó brutalmente al médico en la cabeza, causándole la muerte.
Después de someter y atar al difunto, el homicida se trasladó hacia una camioneta Toyota 4Runner blanca del año 2015, que pertenecía al fallecido, para después retornar, rociar el cuerpo con un líquido altamente combustible y prenderle fuego.
Los magistrados Juan Carlos Colón, Claribel Mateo y Gladis de la Cruz, integrantes del Primer Tribunal Colegiado, tras evaluar todos los indicios, confirmaron la responsabilidad penal del acusado, sentenciándolo a 20 años de prisión.
Reflexión sobre la justicia y la recuperación de la comunidad
Este veredicto subraya no solo el imperativo de la justicia, sino también la necesidad de sanar una comunidad traumatizada por un crimen tan violento. La severidad de la sentencia refleja el compromiso del sistema judicial con la protección de la sociedad y el castigo a aquellos que perturban su paz y seguridad. Es fundamental trabajar hacia la recuperación de la comunidad, para que hechos de esta naturaleza no solo queden en la memoria colectiva como un trágico recuerdo, sino también como un punto de inflexión hacia un futuro más seguro y unido.