En Washington, Kamala Harris, quien se desempeña como vicepresidenta de los Estados Unidos y es vista como la futura nominada para el Partido Demócrata, acogió al mandatario de Israel, Benjamín Netanyahu. El encuentro inició con salutaciones formales, seguido de una reunión a puerta cerrada centrada en negociaciones claves, incluyendo el cese al fuego en Gaza y la liberación de cautivos. “Es un placer recibirlo, señor primer ministro. Tenemos amplios temas pendientes a tratar”, expresó Harris de manera solemne durante su saludo inicial con Netanyahu frente a la prensa, en un ambiente adornado por las insignias de ambas naciones dentro del edificio Eisenhower, adyacente a la residencia presidencial, donde posteriormente tuvo lugar el diálogo reservado.
Ante los medios, la vicepresidenta mostró preocupación por la gestión de Israel en el conflicto con Gaza, el cual ha resultando en la pérdida de más de 39,000 vidas, posicionándose precozmente a favor de una resolución pacífica inmediata.
Los altos niveles de interés que rodeaban esta reunión entre Harris y Netanyahu se debían, en gran parte, a la casi segura candidatura de Harris por el bando Demócrata ante el paso al costado del presidente Joe Biden de cara a las próximas elecciones, lo que podría sugerir el rumbo de las futuras relaciones entre Estados Unidos e Israel si Harris resulta victoriosa en los comicios de noviembre.
Un detalle notorio fue la ausencia de Harris durante la alocución de Netanyahu frente al Congreso de Estados Unidos el día anterior, donde abogó por continuar el combate contra Hamás hasta alcanzar una “victoria definitiva”.
La vicepresidenta también se manifestó contra los actos de quema de la bandera estadounidense y las muestras de apoyo a Hamás ocurridas en una protesta pro-Palestina, criticando estos hechos mediante un comunicado emitido ese mismo jueves.
Antes de su encuentro con Harris, Netanyahu tuvo una sesión con Biden en la Oficina Oval, sesión que fue seguida por una reunión con familiares de los retenidos por Hamás en Gaza, subrayando el énfasis de Biden en alcanzar a corto plazo un convenio con Hamás que permita una pausa bélica en Gaza y asegure la liberación de los rehenes.
No habían tenido un encuentro Biden y Netanyahu desde la visita del presidente estadounidense a Israel, viaje que buscaba mostrar solidaridad después del atentado del 7 de octubre perpetrado por el grupo palestino que dejó 1,200 víctimas mortales y precipitó la contraofensiva israelí en la región.
A pesar de su papel como principal proveedor de material bélico a Israel, el gobierno de Estados Unidos ha expresado su critica hacia las tácticas bélicas israelíes, abarcando los bombardeos en áreas con alta densidad poblacional, ataques contra instituciones sanitarias y las limitaciones impuestas al ingreso de ayuda humanitaria.
Añadiendo a la discusión
Estas conversaciones entre figuras políticas de alto nivel son cruciales para entender los complejos equilibrios en la región y el papel que juegan las diplomacias en la búsqueda de soluciones duraderas. El diálogo entre Harris y Netanyahu no solo refleja las tensiones actuales, sino que también marca posibles caminos hacia una cooperación futura, dependiendo del resultado de las próximas elecciones en Estados Unidos. La relación bilateral entre estos dos países tiene implicaciones significativas en la política internacional y en cómo se manejan los conflictos regionales en Medio Oriente, resaltando la importancia de cada paso dado por sus líderes.