En Texas, las autoridades de Estados Unidos lograron la captura de Ismael Mario Zambada García, figura central del cartel de Sinaloa, junto a Joaquín Guzmán López, descendiente directo de «El Chapo», según anunció el Departamento de Justicia de ese país.
Actualmente, tanto “El Mayo” como el hijo de «El Chapo» se encuentran retenidos por las fuerzas de seguridad estadounidenses, quienes los identifican como piezas clave de la estructura delictiva.
De acuerdo con un anuncio oficial, ambos son objeto de una serie de acusaciones en Estados Unidos, relacionadas con su papel preponderante en las operaciones ilegales del cártel, destacando la distribución y producción de redes mortales de fentanilo.
Según la información proporcionada por Reuters, procedente de oficiales estadounidenses, la detención de Zambada y Guzmán López se efectuó tras llegar en un vuelo privado.
Zambada García, cofundador del cartel de Sinaloa y aliado de «El Chapo» Guzmán, quien se encuentra encarcelado en EE.UU., encara tremendas acusaciones por delitos que abarcan desde el narcotráfico hasta la participación en actividades de crimen organizado.
El Gobierno de Estados Unidos lo imputó por conspirar en la producción y comercialización del fentanilo, sustancia causante de incontables fatalidades en el país a lo largo de recientes años.
Considerado “armado y peligroso”, en la base de datos de la DEA – la Agencia de Control de Drogas de EE.UU. – figuraba como un fugitivo, existiendo una remuneración por su captura que llegaba hasta los US$15 millones.
Sus imputaciones engloban una amplia gama de ilícitos, desde la comercialización de sustancias como la cocaína y marihuana, hasta involucramiento en homicidios, secuestros y esquemas de blanqueo de capitales.
La dinastía de «El Chapo» y su legado
Por otro parte, Joaquín Guzmán López es parte inseparable de Los Chapitos, conjunto liderado por los vástagos de «El Chapo» Guzmán, que incluye a su consanguíneo Ovidio, extraditado a Estados Unidos recientemente.
Tras la extradición de Joaquín Guzmán Loera en 2017, Los Chapitos tomaron el mando de su sector del cartel, consolidándose entre los más grandes proveedores de fentanilo hacia suelo estadounidense.
De acuerdo a reportajes de prensa en México, tanto Joaquín como Ovidio son hermanos de Griselda y Édgar Guzmán, este último presuntamente eliminado por el cartel de Beltrán Leyva.
Conocidos por su juventud y temeridad, los hermanos Guzmán no han demostrado hasta ahora la astucia estratégica que caracterizaba a su progenitor, encontrándose frecuentemente en situaciones de extrema violencia.
De las tres compañeras sentimentales de El Chapo, Alejandrina Salazar, Griselda López y Emma Coronel, provienen sus 10 herederos, entre los cuales algunos como Los Chapitos se han involucrado activamente en el crimen.
Si bien los detalles sobre todos sus vástagos no son públicos, Los Chapitos han sido señalados en diversas ocasiones de participar en luchas internas por el dominio de la organización junto a «El Mayo» Zambada.
Este hito representa un avance significativo para las fuerzas de seguridad estadounidenses en su lucha contra los cárteles mexicanos, evidenciando la eficacia de sus estrategias de inteligencia y cooperación internacional en la captura de figuras prominentes del narcotráfico. La detención de figuras de alto perfil como “El Mayo” Zambada y Joaquín Guzmán López, supone un duro golpe para la operativa del cartel de Sinaloa, aunque aún queda por ver el efecto a largo plazo que tendrá sobre las dinámicas del tráfico de drogas transnacional.
La coordinación entre agencias a nivel global y el enfoque estratégico en las cabezas visibles de estas organizaciones delictivas demuestran un prisma de acción crucial para desarticular estas redes. No obstante, la constante aparición de nuevos líderes y la adaptabilidad de las redes de narcotráfico sugieren que la lucha está lejos de concluirla.