Descubre la Identidad del Hijo de El Chapo Detenido con Mayo Zambada

El día 25 de julio, Joaquín Guzmán López, alias “Los Chapitos” e hijo del conocido narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán, se sometió voluntariamente a las autoridades estadounidenses, acompañado de Ismael “Mayo Zambada”.

Desde joven, Guzmán López se ha visto inmerso en las actividades ilícitas que le legó su progenitor, incluyendo un notable esfuerzo en 2015 destinado a organizar la evasión de “El Chapo” de la prisión del Altiplano.

Poderío del Cártel de Sinaloa

El Cártel del Pacífico, o Cártel de Sinaloa, se posiciona como una de las facciones criminales más grandes y de mayor influencia en México, extendiendo sus operaciones a través de gran parte del territorio mexicano y a lo largo de la frontera con los Estados Unidos. A pesar de la rivalidad con el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), se le reconoce como el conglomerado delictivo de mayor poder dentro del país.

Este cártel ejerce un control dominante sobre la manufactura y tráfico de substancias como metanfetaminas y cocaína, además de participar en otros delitos como la sustracción ilegal de combustibles. La caída de “El Chapo” dejó el liderazgo en manos de Ismael “El Mayo” Zambada.

Dicho cártel no solo se dedica al tráfico de drogas sino también ejecuta operaciones de actividades ilegales complementarias como el robo de combustible, mostrando el alcance de su influencia criminal más allá del narcotráfico.

Los descendientes de “El Chapo”

Conocidos colectivamente como “Los Chapitos”, los descendientes de Joaquín “El Chapo” Guzmán, entre ellos Iván Archivaldo Guzmán Salazar, Joaquín Guzmán López, Ovidio Guzmán López y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, han continuado el legado criminal de su padre dentro del Cártel de Sinaloa.

Tras el arresto de “El Chapo” en 2016, sus vástagos se hicieron cargo del imperio del narcotráfico, manteniendo el nivel de violencia y eficiencia que caracterizaba a su progenitor. El gobierno de Estados Unidos los ha catalogado como traficantes importantes dentro de la organización.

Su búsqueda y captura se ha intensificado, siendo objetivo de recompensas por parte de las autoridades de los Estados Unidos, quienes buscan poner fin a sus operaciones ilícitas.

Perfil de Joaquín Guzmán López

Hijo de Griselda López Pérez y el afamado narcotraficante, Joaquín Guzmán López, más conocido en el ámbito delictivo como “El Güero” o “Los Chapitos”, ha seguido las huellas criminales de su familia con un enfoque más discreto que su hermano Ovidio.

Aun habiendo participado en las redes ilegales de su padre y contribuyendo en la fuga de “El Chapo”, su detención el día de hoy en Estados Unidos junto a “El Mayo” Zambada marca un evento significativo.

Las autoridades estadounidenses lo han implicado, junto a otros individuos y empresas vinculadas al narcotráfico, en diversas operaciones ilícitas, como la producción y distribución de drogas peligrosas a través de un entramado criminal asociado a su nombre.

Esto incluye sanciones a colaboradores y negocios conectados con el tráfico de drogas hacia Estados Unidos, resaltando la importancia de su rol dentro de la estructura del Cártel de Sinaloa.

Un rostro conocido apenas por una imagen

“El Güero Moreno”, como algunas veces se le conoce a Joaquín Guzmán López, solo ha sido visualizado a través de escasas fotografías. A pesar de esto, su nombre resuena en los informes del Departamento del Tesoro de EE. UU., los cuales destacan su participación activa dentro del Cártel de Sinaloa.

Con el arresto y extradición de su padre, él y sus hermanos no retrocedieron, sino que buscaron afianzar y expandir las operaciones narcotraficantes del cártel, aun enfrentando la persecución de las autoridades internacionales.

Sus esfuerzos por mantener viva la operativa del cártel se evidencian en su supervisión de laboratorios de metanfetaminas dentro de Sinaloa, contribuyendo significativamente a la producción mensual de drogas sintéticas.

La rendición ante la justicia

La detención de Joaquín Guzmán López y de Ismael Zambada García, “El Mayo”, se realizó en El Paso, Texas, tras entregarse voluntariamente a las autoridades de Estados Unidos, quienes lo han implicado en la dirigencia de una de las facciones de narcotráfico más temidas a nivel global.

Su captura representa un golpe considerable a la operativa del Cártel de Sinaloa, siendo ambos individuos figuras clave en la producción y tráfico de sustancias como el fentanilo, situación que ha agudizado la crisis de opioides en los Estados Unidos.

Esta acción no solo subraya el compromiso del gobierno estadounidense por desmantelar las redes de esta organización, sino que también reafirma la importancia de su captura en la lucha contra el narcotráfico internacional.

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