Para las Olimpiadas de París 2024, los organizadores buscan innovar de manera significativa.
Serán estos juegos los primeros en donde hombres y mujeres compitan en igual número, marcando un precedente en paridad de género. Además, rompiendo con la costumbre, la ceremonia de apertura será llevada a cabo fuera de un estadio.
El evento se realizará en la vía pública, dividido entre el conocido río Sena y el área circundante a la emblemática torre Eiffel.
En este intento por innovar, Francia ha seleccionado para esta treintaitercera entrega de los juegos, no un animal o figura típica del país, sino una vestimenta como mascota: un sombrero estilizado.
El Gorro de la Libertad
El emblemático gorro frigio se ha convertido en la imagen de los Juegos Olímpicos, un ícono de la Revolución Francesa, mientras que la insignia de los Juegos Paralímpicos es el mismo gorro, pero adornado con una prótesis de pierna.
Estas figures cuentan con una forma cónica peculiar y se presentan en color rojo.
Al revelar a estas peculiares mascotas, Tony Estanguet, presidente del Comité Organizador de París 2024, manifestó su elección de “un símbolo sobre una criatura viviente”.
“Optamos por el gorro frigio, representando un fuerte símbolo de la república y que es altamente reconocido y valorado Sarahansk por los ciudadanos franceses como un símbolo de la lucha por la libertad”, expresó Estanguet, quien también es un condecorado con tres preseas olímpicas.
Orígenes Antiguos de la Prenda
Aunque este gorro es muy simbólico para los franceses, su historia se extiende hacia épocas anteriores.
El nombre “gorro frigio” proviene de Frigia, una antigua región en lo que ahora es Turquía, donde sus ciudadanos usaban sombreros de lana con forma cónica como parte de su vestimenta, según indica la Enciclopedia Británica.
Este tipo de sombrero, conocido en algunas zonas del Imperio Romano como “píleo”, tenía un significado especial.
El investigador Sergio Sánchez Collantes, de la Universidad de Burgos en España, explicó a BBC Mundo que el píleo se otorgaba a los esclavos a punto de ser liberados, simbolizando su emancipación durante una ceremonia especial.
Este acto de liberación involucraba un magistrado tocando al esclavo con una vara y declarándolo libre, momento en el cual, al esclavo liberto se le rapaba el cabello y se cubría con un gorro, marcando su nuevo estatus.
En los textos del historiador romano Tito Livio se menciona la frase “servos ad pileum vocare” referente a llamar a los esclavos a adoptar el uso del píleo como símbolo de libertad, ofrecida a cambio de su servicio en la defensa de Roma.
Luego en el asesinato de Julio César, el gorro también jugó un papel simbólico de libertad cuando fue colocado en un palo por los conspiradores.
Desentrañando una Confusión Histórica
Conforme avanzaron los siglos, intelectuales europeos redescubrieron los gorros frigios y los píleos, conduciendo a una serie de confusiones entre ellos, detalla Sánchez Collantes.
En el siglo XVII, en el marco de la batalla por la independencia de los Países Bajos contra España, se reintrodujo el uso del gorro como símbolo de libertad, según narra J. David Harder en su obra “Liberty Caps and Liberty Trees”.
Posteriormente esta prenda fue adaptada por los revolucionarios de Estados Unidos en su lucha por la independencia de Gran Bretaña, incluso haciéndose presente en insignias oficiales.
Y finalmente, ¿cómo llegó a Francia? A finales del siglo XVIII, marineros y campesinos del Mediterráneo ya utilizaban vestimentas similares desde tiempos medievales, según el Ministerio de Exteriores francés.
Con la eclosión de la Revolución Francesa, la prenda pasó a simbolizar mucho más que la libertad, convirtiéndose en un estandarte de la época.