Después de una carrera extraordinaria con las Reinas del Caribe, Bethania de la Cruz se despide del equipo nacional de voleibol femenino de República Dominicana, cumpliendo más allá de sus ambiciones iniciales: “Inicié con la ambición de ganar reconocimiento global, perseguí ese sueño, trabajé con esmero, Dios amplificó mis esfuerzos y me bendijo con más de lo que imaginé”.
Al finalizar su rol en el evento deportivo más esperado, los Juegos Olímpicos de París 2024, la destacada deportista compartió unas palabras llenas de emoción en su perfil de Instagram para oficializar su despedida.
Con un palmarés envidiable, incluyendo una presea dorada, Bethania manifestó su honor por haber levantado la bandera de su país: “ha sido un privilegio monumental representar a mi nación y portar el #18 que ha ganado reconocimiento mundial por más de dos décadas” y manifestó sentirse «completamente realizada y satisfecha».
El legado de Bethania en París 2024
Como líder indiscutible y reciente campeona de la “Athletes Unlimited” en Estados Unidos en abril de 2022, Bethania deja atrás una historia de éxito que incluye premios como el Jugador Más Valioso y Mejor Anotador. En su adiós, aseguró: “di todo de mí”.
Se destaca, además, su agradecimiento sincero hacia su familia, que ha sido su pilar y soporte, pese a la separación por las distancias; igualmente, valoró los instantes únicos compartidos con sus compañeras de equipo, de las cuales expresó, “las admiro y bendigo, son guerreras valientes, les deseo éxito continuo”.
En sus palabras finales, recalcó el cariño por sus seguidores y la gratitud hacia su patria, “agradezco profundamente a los seguidores leales que me han acompañado y respaldado desde diversos rincones del mundo, los guardo en mi corazón”, “qué gran orgullo es llevar el nombre de República Dominicana a los confines más remotos del planeta”.
Una publicación compartida de Bethania de la Cruz (@thebigbeth)
Este adiós no solo marca el fin de una era para Bethania de la Cruz sino también el inicio de un legado que inspirará a futuras generaciones de voleibolistas en la República Dominicana y más allá. Su pasión por el deporte, dedicación al equipo y logros en el escenario internacional dejan una huella indeleble en la historia de las Reinas del Caribe.