El camposanto de Alcarrizos ahora es conocido como una colina desolada

El sendero lúgubre dificulta la visita al cementerio de La Piña, en Los Alcarrizos, donde las tumbas están envueltas en vegetación.

Para quienes tienen seres queridos enterrados allí, enfrentan un panorama desolador, descrito por Marleny Ferreras como “terrible”, después de enterrar a su padre hace seis años, ha decidido cesar sus visitas ante el deterioro del lugar.

La última vez que Ferreras visitó fue durante el Día de los Padres, decidiendo no retornar hasta que las condiciones mejoren, citando problemas de accesibilidad y seguridad, especialmente para las mujeres que van solas.

Según Ferreras, el cementerio es un sitio frecuente de robos y vandalismo debido a su falta de iluminación y vigilancia policial, lo que facilita las actividades delictivas en el área.

La densa vegetación es una cortina perfecta para ocultarse, contribuyendo a la inseguridad percibida en el lugar, agrega.

Afortunadamente, Ferreras menciona que su familia no ha sufrido robos ya que siempre visitan en grupo, destacando la dificultad de ingresar al lugar en solitario.

Rodeados por lo Salvaje

Las pocas tumbas visibles entre la espesa vegetación son consideradas afortunadas en comparación con aquellas expuestas y despojadas de sus lápidas.

Marlenys comparte su desesperación al describir el lugar como una granja en total abandono, destacando la imposibilidad de acceder a los caminos antes claros, ahora escondidos bajo un manto de vegetación.

El deterioro es tal que incluso cuando hay sepelios, es casi imposible discernir por dónde avanzar, menciona con frustración.

La dificultad para visitar a los seres queridos se ha vuelto una barrera casi insuperable para las familias afectadas.

Un Camposanto en el Olvido

La situación del Cementerio de Los Alcarrizos, apodado entre los locales como “monte y culebra”, evidencia un abandono notable.

A pesar de las promesas repetidas del gobierno y las autoridades locales, intervenciones concretas han sido obstaculizadas por procesos legales y falta de recursos, dejando a la comunidad en la espera.

Desde la división de la capital dominicana en el 2002, Los Alcarrizos han enfrentado el desafío de no tener un cementerio propio, situación que se volvió crítica en 2018 cuando tuvieron que recurrir a diversas localidades para enterrar a sus muertos.

Finalmente, en el 2020, el terreno provisional en La Piña albergaba 1,544 cuerpos, cifra que para enero de este año escaló a 8,053, señal de una necesidad urgente de acción por parte de las autoridades.

La comunidad continúa esperando la construcción de un cementerio que cumpla con las condiciones dignas para el reposo de sus seres queridos, un deseo compartido por familias como la de Marlenys Ferreras, que aspiran a visitar a sus muertos sin temores ni peligros.

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