En la ciudad de Nueva York, dos sargentos de la fuerza policial resultaron heridos por disparos efectuados por Joshua Dorsett, un joven de 22 años. Dorsett, sospechoso de haber realizado un asalto armado en un local de juegos de mahjong con el fin de sustraer carteras de varias damas presentes, confrontó a los oficiales en el momento de su captura.
Después de un aviso a la línea de emergencia 911 sobre un asalto perpetrado por un individuo con arma de fuego en el mencionado establecimiento, situado en el número 91 de Canal Street en la zona sur de Manhattan, el sujeto logró evadir a los policías que se presentaron rápidamente en el lugar. La persecución concluyó frente al número 167 de Eldridge Street, donde los sargentos lograron interceptarlo.
Al ser detenido y retenido contra un vehículo por los oficiales, Dorsett extrajo un arma de fuego de su indumentaria y efectuó disparos, impactando a un sargento en la región inguinal y a otro en la pierna, como se comunicó desde el NYPD.
Ante la acción ofensiva, los sargentos respondieron e incapacitaron al atacante, quien se identificó como integrante del grupo delictivo “Up the Hill” y vecino del área del asalto. En el lugar se aseguró una pistola Taurus semiautomática de calibre .45. Dorsett fue arrestado inmediatamente.
Tras el altercado, ambos sargentos, con 16 y 11 años de servicio en el NYPD respectivamente, fueron trasladados al centro médico NYC Health + Hospitals/Bellevue, manteniéndose en condición estable.
Edward Caban, jefe del Departamento de Policía de Nueva York, destacó el valor de sus oficiales al confrontar a un delincuente peligroso quien portaba sin remordimiento un arma ilegal por las calles de la ciudad, subrayando la fortuna de contar aún con sus vidas tras el enfrentamiento.
Dorsett, con un historial de tres detenciones anteriores, incluyendo una reciente en 2022 por posesión ilícita de sustancias controladas en Manhattan, se encontraba bajo libertad condicional y había reportado a su oficial de libertad condicional esa misma mañana, según reportes policiales.
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Este incidente pone de nuevo en el foco la necesidad de incrementar las medidas de seguridad y control de armas en la ciudad, para proteger tanto a los ciudadanos como a los oficiales de la ley que enfrentan diariamente situaciones de riesgo.
La comunidad local y las autoridades continúan trabajando juntas para combatir la ola de crimen organizado que afecta a ciertas áreas, enfocándose en el bienestar y la seguridad de todos sus habitantes.