Evaluación detallada por parte de la OEA sobre las elecciones venezolanas
El informe sobre la observación del proceso electoral de Venezuela en 2024 fue entregado al Secretario General de la Organización de Estados Americanos por su Departamento de Cooperación y Observación Electoral (DECO).
El comunicado presentado refiere: Negar a la ciudadanía la posibilidad de decidir su futuro por medio del voto es la expresión más grave de opresión. Las entidades venezolanas estaban comprometidas a garantizar la equidad, integridad y transparencia de las elecciones. Era esencial que el electorado disfrutara de plena libertad política para votar y que se salvaguardaran los derechos a ser electos. Durante estas elecciones, se evidenció la imposición de un modelo opresivo por el gobierno de Venezuela, acompañado de esfuerzos para alterar los resultados electorales, dejando a este sujeto a la manipulación más extrema, una situación que persiste.
Además de esto, es fundamental destacar la influencia perjudicial de tales prácticas no solo en la percepción de la democracia en el país, sino también en su posición y relaciones internacionales.
El abuso del régimen de Maduro en el contexto electoral
En reiteradas ocasiones, el gobierno de Nicolás Maduro ha menospreciado a significativos sectores de la comunidad internacional, procediendo a realizar elecciones sin las mínimas garantías ni procedimientos apropiados para su correcta ejecución. En la noche electoral, se aplicaron de manera tosca estrategias para manipular el resultado. Menciones de auditorías o recuentos de votos carecen de sentido cuando el material electoral no cuenta con garantías básicas de seguridad. A pesar de promesas hechas a UNASUR, en una reunión en Lima en abril de 2013, de auditar el 100% de las boletas electorales de las elecciones de ese mes y año, estas acciones nunca se concretaron, lo que demuestra una burla obvia a los procesos democráticos.
Además, la falta de transparencia y la continua manipulación por parte del régimen destacan la urgente necesidad de una reforma electoral profunda para restablecer la confianza en el sistema democrático venezolano.
La exigencia de justicia electoral y el llamado a nuevas elecciones
Dado que la oposición ha presentado ya documentos que demostrarían su victoria electoral y el gobierno, incluido el CNE, aún no muestra pruebas de su supuesto triunfo, lo cual es a la vez ridículo y trágico, es crucial que Maduro reconozca los resultados a favor de la oposición y, por ende, admita su derrota. Esto abriría el camino para restaurar la democracia en Venezuela. De no hacerlo, es imprescindible organizar nuevos comicios, esta vez con la presencia de observadores de la Unión Europea y la OEA, y un CNE renovado, para minimizar las irregularidades que han caracterizado este proceso. La opresión persistente sobre los venezolanos es la manifestación más clara de un gobierno ineficaz, responsable de una crisis humanitaria y migratoria sin precedentes en la región.
La insistencia en prácticas antidemocráticas subraya la importancia de la vigilancia internacional y de la solidaridad global para apoyar al pueblo venezolano en su lucha por la libertad y derechos fundamentales.
La decepción internacional y la respuesta a la gestión de las elecciones
Luis Almagro, Secretario General, ha expresado que ninguna revolución debería conllevar a la pérdida de derechos, una disminución en valores y principios, una mayor desigualdad ante la justicia y discriminación por ideologías políticas. La falta de memoria histórica entre los actores internacionales conduce a la repetición de errores, forzando a la Secretaría General a reiterar declaraciones y conceptos ya expresados anteriormente.
Esta situación recalca la necesidad de un compromiso más firme y coherente por parte de la comunidad internacional para evitar repetir los mismos errores y asegurar un futuro más prometedor y democrático para Venezuela.