Le disparó fatalmente y regresó a su hogar con el cuerpo aún presente

Transcurridos casi siete años del incidente, la Fiscalía recordó con precisión el método utilizado por Argenis Contreras, colaborador cercano del exdirector de la OMSA, Manuel Rivas, para asesinar con un disparo a corta distancia al letrado y profesor universitario Yuniol Ramírez, en un entramado de corrupción.

El suceso tuvo lugar el 11 de octubre de 2017, cuando alrededor de las tres de la tarde, Argenis arribó a la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), aparcó su camioneta Ford cerca del aula donde Yuniol enseñaba y lo convocó para comunicarse sobre un asunto importante.

Una vez Yuniol accedió y tomó asiento en la camioneta, Argenis disparó contra la región occipital derecha de su cabeza, provocando que la bala emergiera por su párpado izquierdo superior y golpeara igualmente el cristal del vehículo, tal como revela la denuncia presentada por la Fiscalía.

Con el cuerpo de Yuniol ya sin vida, Argenis se dirigió hacia su hogar, situado en el distrito de Arroyo Hondo de la capital, no sin antes contactar a Elisandro (apodado “el Herrero”) mediante teléfono móvil para citarlo en su vivienda y planear la manera de ocultar el cadáver.

En su morada, adquirieron una serie de cadenas y dos bloques con los cuales amarraron el cuerpo de Yuniol, para luego deshacerse de él en el Arroyo Abadía de Las Mercedes, localizado en la zona de Los Alcarrizos, dentro del municipio de Santo Domingo Oeste.

Esta macabra secuencia de eventos se enmarcaba dentro de un acuerdo promovido por el entonces director de la OMSA con la víctima, quien había presentado un recurso en el Tribunal Superior Administrativo (TSA) en contra de la entidad por negarle el acceso a informaciones clave solicitadas amparándose en la Ley de Libre Acceso a la Información.

En medio de estas conversaciones, Yuniol había demandado 3 millones de pesos dominicanos para desistir de su denuncia, de los cuales se le adelantaron un millón. El saldo pendiente se le habría entregado justo después de su fallecimiento.

Agravantes del crimen

Este caso subraya la crudeza de un crimen intrínsecamente ligado a la corrupción dentro de las esferas de poder, donde se llegó a extremos fatales para silenciar demandas y ocultar malversaciones. Aunque Argenis y sus cómplices creyeron haber elaborado un plan perfecto para desvanecer las evidencias, el sistema de justicia a través de detalladas investigaciones, reveló la trama oscura tras la desaparición y muerte de Yuniol Ramirez, ofreciendo un halo de esperanza en el combate a la impunidad.

La retorcida trama de este caso no solo revela la longitud a la que algunos están dispuestos a llegar para proteger sus intereses y encubrir ilegalidades, sino también la imperiosa necesidad de robustecer los mecanismos de control y transparencia en la administración pública, a fin de prevenir futuros actos de corrupción y violencia derivados de estos.

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