En el noreste de París, específicamente en Seine-Saint Denis, se encuentran ubicadas instalaciones clave para los juegos olímpicos como el Estadio de Francia y el Centro Acuático Olímpico. Esta área, conocida por ser la más desfavorecida económicamente en Francia, ha experimentado el desarrollo de numerosos proyectos de infraestructuras deportivas de cara a los Olímpicos. A pesar de estos esfuerzos, las asociaciones que promueven el deporte juvenil advierten que aún hay mucho por hacer para renovar las instalaciones antiguas.
A unos 30 minutos en coche de Saint Denis, se encuentra Bagnolet, perteneciente al mismo departamento. Este lugar alberga tres estadios, siendo el más destacado el Parque de la Briqueterie, erigido en 1970. Aunque sus gradas son de cemento, la vegetación ha comenzado a crecer entre ellas, según nos cuenta Serge Reitchess, antiguo profesor de educación física y líder del Colectivo por la defensa y la promoción de la educación física en Seine-Saint Denis (CoPER 93).
La principal cancha del estadio se utiliza tanto para fútbol como para atletismo, contando con pistas de ceniza, un material que prevaleció hasta la Segunda Guerra Mundial. Reitchess comenta humorísticamente que, con las lluvias, el estadio podría albergar competencias de duatlón por la acumulación de charcos. A pesar del uso excesivo –20 horas a la semana cuando lo recomendable son 10 según normativas– el césped se mantiene en buen estado.
El estadio Parc de la Briqueterie destaca en Bagnolet, constituyendo un vestigio de las infraestructuras deportivas del pasado.
En Seine-Saint Denis, la disponibilidad de infraestructuras deportivas está significativamente por debajo del promedio nacional, con solo 16 instalaciones por cada 10.000 habitantes, frente a las 50 usuales en el resto de Francia. La situación es aún más crítica en cuanto a piscinas, resultando en que un 70% de los niños en el área son incapaces de nadar, ya que existe solo una piscina para cada 20.000 habitantes, la mitad de lo que sería estándar en el país.
Esta deficiencia en infraestructuras también afecta al ámbito educativo, reduciendo el tiempo destinado a la educación física en las escuelas, dado el tiempo de traslado necesario para acceder a las instalaciones deportivas. La llegada de los Juegos Olímpicos París 2024 se veía como una oportunidad para impulsar la inversión pública en deporte dentro de Seine-Saint Denis.
Perspectivas ante la insuficiencia de inversión pública
El comité olímpico había planteado la posibilidad de mejorar las condiciones para la práctica deportiva en la región con motivo de los Juegos Olímpicos, incluyendo planes como el traslado de piscinas desde La Defense Arena de Nanterre hasta Sevran y Bagnolet. Sin embargo, el financiamiento sigue siendo un problema, con las autoridades comentando sobre los altos costos que esto implicaría.
El colectivo liderado por Reitchess, junto a políticos locales, insiste en la necesidad de incrementar la inversión pública para afinar las carencias en infraestructuras deportivas, sin tener que depender exclusivamente de patrocinios privados. Asumen que se requieren alrededor de 30 mil millones de euros para revertir totalmente el déficit en infraestructura deportiva, lo que supone una cifra al menos siete veces mayor que el coste proyectado para la organización de París 2024.
La inversión en infraestructura deportiva representa no solo un soporte para futuros atletas olímpicos, sino una inversión en salud y bienestar comunitario. La falta de facilidades para la práctica deportiva incide directamente en el desarrollo físico y mental de los jóvenes, limitando su potencial en disciplinas como la natación, esencial tanto para la seguridad personal como para el desarrollo de talentos que podrían representar al país en el ámbito olímpico.