Sonidos de protesta con cacerolas resuenan en Venezuela en rechazo a las acciones controvertidas del gobierno de Maduro

Ruido de protestas con ollas golpeadas se hizo presente en la capital venezolana

En la jornada posterior a la autoproclamación de Nicolás Maduro como ganador de los comicios presidenciales de Venezuela, acusaciones de ilegitimidad por parte de la oposición y la incredulidad de la comunidad internacional, Caracas se vio sacudida por intensos cacerolazos.

Los ecos de descontento se expandieron principalmente por Petare, la gigantesca barriada que alguna vez fue feudo del chavismo, donde el estruendo de las protestas fue compañía del himno nacional. La reproducción del himno nacional se convirtió en un símbolo de desafío promovido por líderes opositores como María Corina Machado.

El din de las protestas con cacerolas también resonó en Palo Verde, Terrazas del Ávila, el Junquito, Caricuao y El Valle, llegando incluso a las proximidades del Palacio de Miraflores, la residencia presidencial.

La desesperanza se cierne sobre Caracas

Las calles de Caracas amanecieron desoladas, con un aire sombrío predominando en la ciudad. Varios comercios no abrieron sus puertas, mientras que en calles y edificios las cacerolas daban voz al rechazo. Horas antes, al filo de la medianoche, una mezcla de enfado y desilusión fue el telón de fondo al anuncio de los resultados electorales emitidos por el Consejo Nacional Electoral, bajo influencia de Maduro.

Deyvid Cadenas, de 28 años, manifestó sentirse defraudado mientras desayunaba fuera de un local cerrado. “La mayoría eligió a la oposición”, destacó a AP, expresando su incredulidad ante los resultados. Por su parte, Veruska Donado, una enfermera de 34 años, compartió su desilusión con AFP, “Esperábamos un cambio que nunca llega; al final, siempre prevalece la tiranía y el engaño. Veo que la única opción es emigrar”.

Freddy Polanco, un chef de 54 años, condenó los resultados como un “fraude” y expresó su deseo de cambio para Venezuela: “Anhelamos el retorno de nuestras familias y de las grandes empresas a nuestro país”.

Después de intentos fallidos de destituir a Maduro mediante protestas desde 2014, la oposición buscó un cambio a través de las urnas. A pesar de ser los comicios más tranquilos de los últimos tiempos, reflejaron la ilusión generalizada de evitar el conflicto y poner fin a décadas de dominio del mismo partido.

Gobiernos internacionales, incluyendo los Estados Unidos y la Unión Europea, se negaron a validar los resultados electorales, criticando el retraso en la divulgación del detallado recuento de votos que coronó a Maduro con el 51% de las preferencias, en contraposición al 44% obtenido por el opositor Edmundo González.

“Venezuela y el mundo son testigos de la realidad”, exclamó González. Mientras la oposición se comprometió a defender el sufragio, González instó a la calma entre sus seguidores y solicitó al gobierno evitar provocaciones.

La apelación a la calma de la oposición evidencia el agotamiento ciudadano ante las protestas. A pesar de ello, la participación en las votaciones fue notable, alimentando las esperanzas opositoras de un cambio en el control gubernamental. María Corina Machado aseguró que González tenía una victoria aplastante, basándose en conteos preliminares.

La oficialización de los resultados sorprendió a muchos, ante la percepción de una inminente victoria de González, destacada tanto en redes sociales como fuera de centros de votación.

La incredulidad sobre los resultados llegó a voces internacionales como Gabriel Boric, líder de Chile, y Antony Blinken, Secretario de Estado de Estados Unidos, quien expresó “serias preocupaciones” sobre la veracidad de los mismos.

La demora en la divulgación de los datos de cada uno de los más de 30.000 puntos de votación generó dificultades para la verificación de los resultados. Este retraso, junto con acusaciones por parte de Maduro hacia actores extranjeros de intentar manipular el proceso electoral, marcó el desenlace de las elecciones.

A pesar de coincidir con el que habría sido el 70° cumpleaños de Hugo Chávez, tanto Maduro como su partido han perdido popularidad debido a políticas que han sumido al país en una profunda crisis, agravada por sanciones estadounidenses y una hiperinflación devastadora.

La oposición ha intentando capitalizar sobre el descontento generado por las crisis, promoviendo el regreso de la dolarización y propuestas para reactivar la economía local, atrayendo a venezolanos exiliados.

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