La búsqueda incansable de justicia
Gislayne Silva de Deus sufrió la pérdida de su padre de una manera trágica a la tierna edad de 9 años. Un disparo a quemarropa le arrebató la vida a Givaldo José Vicente de Deus en febrero de 1999, dejando una marca imborrable en su familia. A pesar de la tragedia, Gislayne, convertida en policía, logró encontrar y arrestar al responsable del asesinato, 25 años después.
El crimen tuvo lugar en Boa Vista, capital de Roraima, Brasil, en el barrio Asa Branca. Givaldo, propietario de un pequeño supermercado, intentó resolver una deuda de aproximadamente USD 27 con Raimundo Alves Gomes, ofreciéndole un electrodoméstico como pago. Sin embargo, Gomes rechazó la oferta y regresó armado para poner fin a la disputa de la manera más trágica.
En medio de una pelea, Gomes sacó su pistola y disparó a quemarropa, dejando a la hija menor de Givaldo sin recuerdos de su padre. Por otro lado, Gislayne, la hermana mayor, tuvo que soportar el peso de presenciar el asesinato durante toda su vida.
Un largo proceso en busca de justicia
A pesar de que Gomes fue condenado a 12 años de prisión en 2013, logró permanecer prófugo desde 2016, evitando cumplir su condena. La sensación de injusticia motivó a Gislayne a estudiar Derecho y posteriormente unirse a la policía. En 2007, con 18 años, comenzó sus estudios universitarios con la meta de convertirse en abogada y continuó luchando por ver a su padre vengado.
Finalmente, en 2022, Gislayne ingresó a la Policía Penal de Roraima y más tarde en la Policía Civil en julio de 2024 solicitando ser asignada a la Delegación de Homicidios. Con acceso a información crucial, empezó a recopilar detalles sobre el paradero de Gomes, oculto en una zona rural de Boa Vista hasta entonces.
Después de una larga espera, en septiembre de 2024, se logró la captura de Raimundo Alves Gomes en el barrio Nova Cidade. Durante el operativo llevado a cabo por la Delegación General de Homicidios, Gislayne estuvo presente en la detención del asesino de su padre, cerrando así un ciclo de 25 años de búsqueda y angustia.
El cierre de un ciclo doloroso
En un emotivo encuentro, Gislayne confrontó a Gomes durante su captura, expresando que era por ella que estaba presente y que finalmente pagaría por sus acciones. La liberación de emociones fue inmensa para Gislayne, sintiendo que la justicia finalmente se había cumplido tras tantos años de espera y anhelo.
Aunque la captura trajo alivio a su familia, Gislayne es consciente de que no podrá recuperar a su padre. No obstante, el hecho de que el responsable cumpla su condena le brinda un sentimiento de paz y justicia.
Con la prisión de Gomes, finalmente se cerró un doloroso capítulo en la vida de Gislayne y su familia, cumpliendo así una promesa hecha muchos años atrás.
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