Guillermo Serrano Pérez: testigo de la furia del agua
“Cuando el agua empezó a subir, llegó como una ola. Fue como un tsunami”, expresó Guillermo Serrano Pérez, residente de 21 años de Paiporta, cerca de Valencia.
Guillermo es uno de los miles de afectados por la DANA, el fenómeno meteorológico que provocó inundaciones devastadoras en distintas zonas del este y sureste de España, dejando a su paso al menos 95 fallecidos y numerosos desaparecidos.
Este joven vivió momentos de angustia al tener que abandonar su vehículo y escalar un puente para ponerse a salvo.
Para sobrevivir, abandonaron el vehículo y treparon por un puente.
De la alerta al pánico
El agua arrastró todo a su paso. EFE-EPA
Las corrientes sorprendieron a muchas personas, incluida la familia de Guillermo, a pesar de las advertencias emitidas por las intensas lluvias en la zona.
A lo largo del día se fueron emitiendo más alertas y se solicitó a las autoridades locales que impidieran a las personas acercarse a las orillas del río.
En Chiva, las calles se convirtieron en ríos, arrastrando vehículos, farolas y bancos.
Retrato de la tragedia
La velocidad del agua sorprendió a Paco mientras conducía hacia picassent desde Valencia. La corriente arrastraba vehículos como si fueran juguetes, dejando a su paso escenas de devastación.
Para Patricia Rodríguez, la sorpresa fue inesperada. Mientras conducía de regreso a casa, se encontró con la inundación que bloqueaba su camino, provocando el caos en la zona.
Entre tanto caos, un joven se convirtió en un héroe al rescatar a un bebé ante la emergencia inminente.
Relatos de supervivencia
Las redes sociales reflejaron el caos y la desesperación de la región durante la noche, con escenas desgarradoras de ancianos atrapados en una residencia de mayores por las aguas crecientes.
En Benetússer, Rut Moyano vivió momentos de angustia al ver cómo su vecino fallecía a causa de un ataque al corazón en medio de la tragedia. La ayuda se tornaba imprescindible en un ambiente caótico y devastado.
El heroísmo frente a la adversidad
Mientras la región intentaba recuperarse, historias como la de Juliano Sánchez, que resistió siete horas aferrado a unas palmeras, nos recuerdan la valentía y la lucha por sobrevivir en medio del desastre.
Las secuelas del desastre siguen presentes, con desapariciones que mantienen a la región en vilo y a los sobrevivientes enfrentándose a la dolorosa realidad de la destrucción sufrida.
Extra: Descubre más sobre la situación en otros lugares
Descubre más sobre la situación en otros lugares y cómo se puede contribuir a la reconstrucción y apoyo a los afectados.