Un nuevo comienzo
Una oportunidad adicional se presenta, con cuatro años más para avanzar en dirección a un mayor bienestar compartido que contribuya a disminuir la creciente desigualdad económica y social. Esta desigualdad se ha perpetuado al no abordar las razones subyacentes, como un sistema impositivo regresivo y una tributación que afecta al consumo y perjudica a los menos privilegiados. Estos factores habrían sido agravados de haberse aprobado la Ley de Modernización Fiscal que fue retirada recientemente por el presidente Luis Abinader.
Se ha observado una desigualdad endémica en la que el 1% de la población concentra aproximadamente un tercio del ingreso nacional. Este desequilibrio se ha incrementado a lo largo de cinco décadas de crecimiento económico en un país donde el salario promedio no alcanza ni siquiera la mitad del costo de la canasta básica familiar. En el Gran Santo Domingo, el salario medio supera los RD$45 mil, y en muchos casos hasta los RD$51 mil.
Un nuevo enfoque gubernamental
El inicio de una nueva administración del Partido Revolucionario Moderno (PRM) ofrece la oportunidad de construir una sociedad menos marcada por la violencia, la delincuencia, la inseguridad, los feminicidios y el abuso sexual infantil. Esta gestión también podría abordar de manera más efectiva problemas como el caótico tráfico, los accidentes automovilísticos con sus trágicas consecuencias, y la violencia que afecta tanto a jóvenes delincuentes como a aquellos que no lo son.
Entre otros desafíos heredados de administraciones previas, se busca aliviar la carga de la deuda, aumentar los ingresos, resolver problemas de acceso al agua y afrontar los cortes de electricidad en medio de un clima sofocante.
Demandas de la ciudadanía
En esta nueva etapa, es vital atender las constantes quejas de los ciudadanos sobre el costo de vida, la criminalidad y el desempleo. A pesar de estas preocupaciones, el presidente Luis Abinader fue reelegido y ha prometido profundizar los cambios necesarios para lograr una mayor equidad, impulsar el desarrollo humano y fortalecer la paz social.
Es fundamental aprovechar los próximos cuatro años para promover la movilidad social en las clases baja y media, lograr una distribución más equitativa de la riqueza y los ingresos, aspectos que no se materializaron en la anterior administración. La persistente desigualdad en todas sus formas sigue generando violencia, inseguridad e incertidumbre. Las discrepancias salariales y en las pensiones, especialmente en el sector público, siguen siendo alarmantes, con salarios que superan el millón de pesos. Se evidencian desigualdades significativas en oportunidades educativas, en el acceso a la salud, la seguridad social, la vivienda y la tecnología.
Análisis y soluciones
Diversos estudios nacionales e internacionales han identificado las causas y consecuencias de esta desigualdad, destacando la urgencia de reformar un sistema que perpetúa la pobreza y la vulnerabilidad de la población. Se aboga por un desarrollo inclusivo, sostenible y solidario, una gestión más eficaz del gasto público, un sistema tributario más justo y políticas sociales que fomenten la autonomía en lugar del asistencialismo.
Si bien la pobreza monetaria ha disminuido en el primer trimestre de 2024 al afectar al 18.9% de la población, la alta vulnerabilidad persiste, ya que cualquier aumento de ingresos es absorbido por la acumulación de inflación sin el correspondiente ajuste. La población en situación de pobreza, especialmente la multidimensional, continúa siendo una fuerza laboral con salarios precarios que garantiza la rentabilidad empresarial en un sistema de desarrollo que excluye a muchos, a pesar del crecimiento económico elogiado a nivel internacional pero percibido de manera desigual por la mayoría de la población dominicana.