La realidad invisible de la violencia de género en nuestra sociedad
La violencia de género es una verdad innegable que impacta a un sinnúmero de mujeres, incluyendo a jóvenes y adolescentes, en todas partes del planeta, y las cifras que documentan este problema están respaldadas por investigaciones rigurosas y coherentes. Los datos no se inventan; son recopilados a través de metodologías reconocidas internacionalmente que posibilitan comprender la magnitud de esta violencia y actuar en consecuencia. En nuestro país, los datos sobre feminicidios y violencia de género son obtenidos de fuentes confiables como la Oficina Nacional de Estadística (ONE), la Procuraduría General de la República y el Ministerio de la Mujer. Esta recopilación de datos se realiza en armonía con los estándares establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
El vocablo feminicidio, que ciertos individuos intentan menospreciar, tiene un significado esencial que no debe ser encubierto, ya que evidencia los homicidios de mujeres perpetrados por motivos relacionados con su género. No es simplemente un sinónimo de asesinato, sino una categoría que revela la realidad de la violencia estructural y patriarcal que repercute en las mujeres en diversas sociedades. De acuerdo con la CEPAL, en el año 2022 al menos 4,473 mujeres fueron víctimas de feminicidio en América Latina y el Caribe, datos que no pueden ni deben minimizarse, ya que reflejan una estructura de poder desigual que sitúa a las mujeres en circunstancias de mayor vulnerabilidad.
Estos números constituyen una advertencia alarmante de que, en promedio, una mujer es privada de su vida cada dos horas debido a su género en la región. Esto resalta la urgencia de proseguir la lucha contra la violencia de género en todas sus manifestaciones y evidencia que minimizar o desatender el feminicidio perpetúa las condiciones de desigualdad y vulnerabilidad a las que se enfrentan las mujeres en nuestras sociedades.
La trampa invisible de la violencia de género en nuestra sociedad
La violencia emocional, que ciertos individuos intentan minimizar como un asunto menor o subjetivo, tiene repercusiones devastadoras en las personas afectadas. Organismos como la OMS han demostrado que la violencia emocional no solo socava el bienestar psicológico de las mujeres, sino que fomenta ciclos de dependencia y sumisión. No se trata de percepciones aisladas o exageradas, sino de una forma auténtica de abuso que tiene consecuencias reales y perdurables en la salud mental y emocional de quienes la padecen.
Asimismo, es relevante diferenciar entre violencia doméstica y violencia de género. La primera alude a toda forma de violencia que ocurre dentro del entorno familiar, mientras que la segunda surge de una dinámica de control y poder basada en la desigualdad de género. Las estadísticas reflejan de forma tangible que la violencia de género impacta de manera desproporcionada a las mujeres. Los sondeos y estudios sobre el tema no son manipulaciones, son herramientas que permiten a los gobiernos elaborar políticas públicas efectivas y salvar vidas.