La conmemoración global de la Semana de la Lactancia, del 1 al 7 de agosto, es coordinada por la Alianza Mundial pro Lactancia Materna (WABA).
Amamantar es una práctica saludable que suministra a los recién nacidos todos los nutrientes necesarios para su óptimo crecimiento y bienestar. Este acto natural beneficia a madres e hijos, proporcionando una protección inigualable contra diversas enfermedades gracias a su compleja composición de nutrientes, anticuerpos y elementos bioactivos, imposibles de duplicar en las fórmulas infantiles.
Según las directrices de la Organización Mundial de la Salud, se promueve el amamantamiento exclusivo desde el nacimiento hasta los seis meses de edad, complementándolo posteriormente con otros alimentos adecuados y manteniendo esta práctica, si es posible, hasta los dos años de edad o más.
Beneficios para el pequeño
La leche materna, conformada por un 87% de agua, es vital para mantener al bebé adecuadamente hidratado.
1. Crecimiento del cerebro y la vista: Los ácidos grasos esenciales (DHA y ARA) son cruciales para el desarrollo neurológico y visual.
2. Fuente de energía y mejora en la absorción de calcio: Por medio de la lactosa, se garantiza energía suficiente y se facilita la absorción de calcio para un desarrollo óseo saludable.
3. Promoción del crecimiento y desarrollo: Las proteínas presentes en la leche materna, como la caseína y la lactoalbúmina, son de fácil digestión y fomentan el desarrollo físico del bebé.
4. Sistema inmune reforzado y protección ante enfermedades: Los diversos compuestos bioactivos y las inmunoglobulinas constituyen una barrera defensiva contra infecciones respiratorias, alergias y posibles enfermedades a largo plazo, incluyendo la obesidad y diabetes tipo 1 y 2.
Beneficios maternos
La lactancia materna contribuye significativamente a que el útero recupere su tamaño pregestacional más rápidamente.
1. Disminución del riesgo de padecer cáncer: Amamantar se asocia con un menor riesgo de desarrollar cáncer de mama, ovarios y endometrio.
2. Control de peso y ahorro financiero: Amamantar puede ayudar a la madre a perder el peso ganado durante el embarazo más rápidamente, a la vez que evita gastos en fórmulas infantiles.
3. Mejora en la salud emocional: El proceso de lactancia estimula la liberación de oxitocina, lo que contribuye a una reducción del estrés y una mejora en el bienestar emocional.
4. Protección contra la osteoporosis y enfermedades del corazón: A largo plazo, amamantar ayuda a prevenir la osteoporosis y disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Contraindicaciones de la lactancia materna
Si bien la lactancia materna es recomendada para la mayoría de las madres y sus bebés, existen situaciones específicas como ser portador del VIH, el uso de determinados medicamentos, el consumo de drogas y alcohol, y ciertas enfermedades graves, que pueden limitar o desaconsejar su práctica.
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En un contexto adicional, es importante recalcar la importancia de apoyar a las madres lactantes proporcionándoles el conocimiento, la confianza y el espacio para amamantar. La creación de entornos de apoyo en los lugares de trabajo y en la comunidad es crucial para prolongar la lactancia materna y asegurar que los niños reciban los beneficios de esta práctica natural. Al fomentar una cultura de apoyo a la lactancia, estamos invirtiendo en una generación más sana y resiliente.