Signos de alerta y sugerencias para preservar el bienestar emocional
La salud engloba un completo bienestar físico, mental y social, más allá de la ausencia de enfermedades, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Identificamos con frecuencia indicios de buena salud física, como dolores, fiebre o congestión, relacionados con gripes u otros malestares.
En contraposición, la percepción de salud mental no resulta tan clara. La Clínica Mayo plantea interrogantes acerca de si el temor a hablar en público denota un trastorno mental o simplemente nerviosismo, evidenciando la complejidad de distinguir entre timidez y fobia social.
¿Cómo definir la salud mental y reconocer un buen estado emocional? Según Juan Ingelmo, del Hospital de Clínicas de la UBA, la salud mental involucra el bienestar emocional, psicológico y social, moldeando nuestra forma de pensar, sentir y actuar en la vida diaria, influenciando cómo manejamos el estrés, interactuamos con otros y tomamos decisiones.
Por otro lado, María Verónica Lapelle Waroquiers, especialista en Psicología, describe la salud mental como el equilibrio emocional en múltiples áreas de la vida, abarcando el bienestar emocional, psicológico y social, tanto a nivel personal como institucional y social.
Uno de los aspectos esenciales de una buena salud mental implica manejar el estrés cotidiano, construir relaciones saludables y disfrutar actividades, sin implicar una felicidad constante. Además, la salud mental implica desarrollar capacidades personales y contribuir a la sociedad, promoviendo un equilibrio general en la vida diaria.
Entre los trastornos mentales más comunes se destacan la depresión, la ansiedad, los trastornos del sueño y aquellos vinculados al estrés. Se observa un incremento en los diagnósticos de trastornos cognitivos como el Alzheimer, trastornos alimentarios y adicciones, incluidas las adicciones a sustancias y comportamentales.
La soledad puede agravar la ansiedad y la depresión, impactando negativamente en el bienestar físico y emocional. Los trastornos mentales requieren una atención personalizada que combine diversas estrategias terapéuticas, promoviendo un abordaje interdisciplinario adaptado a cada individuo.
Algunas señales de advertencia de un trastorno mental incluyen cambios bruscos en el estado de ánimo, dificultades para concentrarse, alteraciones en la interacción social, pérdida de interés en la vida y síntomas corporales como fatiga constante. Es fundamental reconocer estos signos y solicitar ayuda cuando sea necesario.
El tratamiento de los trastornos mentales varía según el caso e incluye psicoterapia, medicamentos o una combinación de ambos. Además, adoptar hábitos saludables como el ejercicio, el descanso adecuado y una alimentación equilibrada resulta fundamental para el bienestar mental.
Cuidar la salud mental implica practicar la atención plena, realizar actividad física regular, establecer rutinas, fomentar el contacto social, dormir bien, seguir una dieta balanceada y aprender nuevas habilidades. Estas acciones pueden contribuir a promover el bienestar emocional y afrontar los desafíos de la vida de manera más saludable.