Reflexión sobre la reforma del sistema de salud en la República Dominicana
Consideraciones sobre la salud y sus determinantes sociales
El concepto de bienestar va más allá de la mera ausencia de enfermedad o de un enfoque individualista; la salud está intrínsecamente ligada a las estructuras sociales y las interacciones comunitarias. A pesar de que la biomedicina y los factores de riesgo han influido en la salud a nivel individual, su enfoque es limitado para comprender la salud pública. Romper con la hegemonía biomédica es esencial para una visión integral de los derechos a la salud colectiva y la necesidad de un enfoque más amplio que trascienda lo individual.
Adicionalmente, es importante reconocer que el acceso a la salud no se limita al tratamiento de enfermedades, sino que debe garantizarse como parte de un derecho social más amplio que incluya mejores condiciones de vida y bienestar general.
El derecho a la salud y su perspectiva integral
El derecho a la salud no se reduce a la atención médica, sino que debe entenderse como parte fundamental del derecho a la vida y al bienestar colectivo. Es crucial diferenciar entre el derecho a la salud, que implica un conjunto de derechos interrelacionados, y el derecho a la atención de la salud, que se centra en la recuperación individual. Ambos son esenciales pero no intercambiables, ya que su exigibilidad y garantía varían en función de sus particularidades.
Asegurar un acceso equitativo y efectivo a los servicios de salud es fundamental para el bienestar de la población y su interacción con otros aspectos de la vida cotidiana.
Debates legislativos y desafíos en la República Dominicana
A pesar de que la salud ha sido reconocida como un derecho fundamental en el marco constitucional y legal del país, su efectivo goce enfrenta obstáculos derivados de desigualdades y un modelo de salud mercantilista predominante. La necesidad de transformar este paradigma centrado en la lucratividad en busca de un enfoque más humano y equitativo es urgente. La crisis de salud en la población dominicana evidencia la importancia de superar la visión de la salud como un bien de mercado y reivindicarla como un derecho humano inalienable.
El desafío radica en cambiar la percepción de la salud como una mercancía para priorizar su carácter de derecho social esencial, integrado a una vida digna y garantizado por políticas públicas universales para todos los ciudadanos y ciudadanas.
El panorama político y las reformas en el sistema de salud
Tradicionalmente, el Estado dominicano ha tendido a utilizar los programas sociales como herramientas de clientelismo político, lo que ha limitado la implementación efectiva de políticas permanentes y holísticas de protección social. Las reformas impulsadas en 2001, bajo influencias internacionales, han consolidado un sistema de salud donde prima la rentabilidad privada, relegando al Estado a un papel secundario de proveedor de asistencia. Esta dinámica ha favorecido el lucro privado en detrimento del acceso equitativo a los servicios básicos, como la salud.
Es imperativo replantear el rol del Estado en el ámbito de la salud y orientar las políticas públicas hacia un enfoque más solidario y centrado en el bienestar de la población en su conjunto.