El Vaticano critica acto despectivo hacia cristianos durante el inicio de la competencia olímpica en París

La Ciudad del Vaticano expresó su consternación ante ciertos momentos presentados durante la apertura de los Juegos Olímpicos en París. A través de una declaración publicada el sábado, mostró su solidaridad con aquellos que se sintieron ofendidos, incluyendo a numerosos fieles cristianos y seguidores de distintas creencias.

Se mencionó desde el Vaticano que “una celebración de tan alto calibre, que congrega a la comunidad global para la promoción de valores universales, no debería incluir referencias que menosprecian la fe”, en referencia a momentos de la ceremonia que sugirieron ser una interpretación de la Última Cena.

“El Vaticano, apesadumbrado tras presenciar ciertos segmentos del acto inaugural de los Juegos Olímpicos en París, no tiene más remedio que sumarse al coro de voces que durante los últimos días han expresado su repudio por los agravios cometidos contra innumerables cristianos y adeptos de otras religiones”, se lee en el comunicado.

La entidad afirmó además que “mientras la libertad de expresión es un derecho indiscutible, esta no debe sobrepasar los límites del respeto mutuo”.

Previamente, varios obispos de Francia y otros dignatarios de la Iglesia Católica habían manifestado su desaprobación hacia ciertos actos de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos en París, especialmente uno denominado “Celebración” que pareció emular la Última Cena, famosa obra de Leonardo da Vinci, sustituyendo a Jesucristo y sus apóstoles por drag queens, una modelo transgénero y el cantante Philippe Katerine, semidesnudo y con elementos alusivos a Dionisio, deidad griega del vino y el éxtasis.

Asimismo, el presidente de Turquía, el líder islámico Recep Tayyip Erdogan, ha instado al Papa Francisco a adoptar una posición unificada respecto a esta representación “y pronunciarse al unísono” contra dichos actos que, según critica, “se mofan de los principios morales y religiosos y atentan contra la dignidad humana, todo ello bajo la excusa de la libertad de expresión y el entendimiento”.

Este incidente subraya la tensión existente entre la expresión cultural libre y el respeto por las creencias religiosas, destacando la importancia de buscar un equilibrio que permita la celebración de la diversidad sin caer en el desprecio hacia las tradiciones espirituales que muchas personas consideran sagradas.

Detrás de este descontento por parte del Vaticano, se esconde una profunda reflexión sobre los límites de la libertad de expresión en espacios de representación global, como lo son los Juegos Olímpicos, y cómo estos deben manejarse para fomentar un entorno de respeto mutuo y comprensión entre culturas y creencias diversas.

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