Despliegue de las fuerzas armadas en medio del conflicto regional
La actual disputa entre Israel y el grupo armado chiita Hezbolá se basa en posturas firmes que se han mantenido durante décadas.
Israel busca eliminar la amenaza que representa Hezbolá desde el Líbano, mientras que este último continúa atacando posiciones israelíes con la intención de destruir el Estado de Israel.
En el último año, los enfrentamientos diarios entre ambas partes han elevado la tensión en la región.
A raíz de la reciente incursión israelí en Líbano, surge la interrogante sobre el rol del ejército libanés en este conflicto y su accionar para evitar la escalada, la cual podría tener consecuencias regionales significativas.
Controversias relacionadas con los recursos
A primera vista, el ejército libanés ha permanecido al margen de las hostilidades, centrando la atención en Israel y Hezbolá, este último considerado una organización terrorista por diversas naciones.
Pese a ser el enemigo oficial del Líbano, el ejército libanés carece de equipamiento y armamento para enfrentar a Israel en un enfrentamiento directo.
Por su parte, el ejército israelí cuenta con un fuerte respaldo financiero y tecnológico de potencias occidentales, lo que marca una clara disparidad de recursos en el conflicto.
Además, existe la percepción de que Estados Unidos ha limitado al ejército libanés en la adquisición de armamento sofisticado que pueda representar una amenaza para Israel.
Condiciones económicas y donaciones
La crisis económica agravada por la explosión en Beirut en 2020 ha debilitado aún más al ejército libanés, afectando sus capacidades operativas por la escasez de fondos y combustible.
Si bien Estados Unidos ha sido un importante donante del ejército libanés, su apoyo se ha centrado en aspectos limitados como vehículos y armas individuales, en comparación con el respaldo brindado a Israel.
Frente de batalla y realidad social
A pesar de estar presente en zonas sensibles del sur, el ejército libanés no desempeña un papel activo en los enfrentamientos actuales, aunque podría involucrarse más en futuros acuerdos de alto al fuego.
El primer ministro libanés ha insinuado un posible aumento de despliegue militar en el sur, lo cual enfrentaría desafíos logísticos y financieros para el ejército.