Con el inicio del segundo periodo presidencial de Luis Abinador este 16 de agosto, y el comienzo de los nombramientos en su gabinete, el diario Hoy salió a consultar las expectativas populares respecto a su administración.
Frannelis Méndez, compartiendo su experiencia, mencionó que espera una gestión superior a la anterior, especialmente tras los desafíos de la pandemia, donde considera que el presidente manejó adecuadamente la situación y aspira a mayores mejoras.
Cuestionamientos sobre la eficacia de ciertos funcionarios
Bolívar Viola, dueño de la librería Viola, expresa la necesidad de reemplazar a varios funcionarios que «no están rindiendo», según su percepción.
Viola critica la gestión de Milagros Germán como ministra de Cultura, especialmente por su impacto negativo en la Feria del Libro, desplazando a los libros usados en favor de otros artículos, lo que para él, resta valor al evento.
Expresó su deseo de ver cambios en el Ministerio de Educación y elogió la labor de David Collado, esperando que más legisladores emulen su compromiso con el país. También aplaudió la designación de Carlos Valdez como ministro de la Juventud.
La visión de Alberto: Necesidad de cambios estructurales
Alberto ve con buenos ojos la gestión hasta ahora de Abinader, pero subraya la importancia de realizar ajustes significativos en justicia, educación y salud, destacando la urgencia de atender a los numerosos enfermos.
Considera acertado el nombramiento de Faride Raful como ministra de Interior y Policía, esperando que esta decisión conlleve a mejoras contundentes en la administración pública.
En el contexto de los retos enfrentados por la administración de Luis Abinader, la ciudadanía mantiene una actitud de expectativa, reconociendo logros pasados pero consciente de las áreas que requieren atención y mejora. La calidad de los servicios públicos, la eficiencia administrativa y la lucha contra la corrupción siguen siendo temas críticos que el pueblo desea ver abordados con determinación y eficacia.
Es palpable un deseo generalizado de transparencia y rendición de cuentas, donde las acciones del gobierno sean claras y los resultados, tangibles para todos. La credibilidad en la administración se fortalecerá mediante el cumplimiento de promesas y la implementación de políticas que reflejen las necesidades e intereses de la población dominicana.