Rolkin Jiménez, especialista en asuntos globales, opinó este martes que el cese de las conexiones diplomáticas entre Venezuela y naciones como Argentina, Chile, Costa Rica, Perú, Panamá, la República Dominicana y Uruguay, como respuesta a las “intromisiones” de dichos países en el contexto de las elecciones del domingo 28 de julio que confirmaron a Nicolás Maduro en un tercer período presidencial de seis años, provocará consecuencias tanto dentro del país como en el escenario internacional.
«La respuesta de la esfera internacional será probablemente el aislamiento de Venezuela. No obstante, Venezuela también está tomando medidas que la conducen a un nuevo aislamiento. Lo menciono porque en 2018, durante las elecciones donde la oposición estuvo imposibilitada de participar y Maduro fue declarado «ganador», la comunidad internacional se negó a reconocer su mandato. Desde aquel momento, un grupo significativo empezó a reconocer a Juan Guaidó, quien era presidente de la Asamblea Nacional, como el presidente legítimo», indicó Jiménez.
Añadió luego: «¿Qué podemos esperar de ahora en adelante? Probablemente, aunque con algunas variaciones, la respuesta sea la misma: el aislamiento del gobierno venezolano. Esto no solo generará consecuencias internas en Venezuela, sino también en el exterior. En primer lugar, esto intensificará la crisis socioeconómica que el país sufre desde 2014, tras la drástica caída de los precios del petróleo. Además, el gobierno acelerará la desarticulación de lo que queda de institucionalidad democrática en el país, o más bien, de los vestigios democráticos de la Venezuela que existió entre 1959 y 1999. Pero las repercusiones también afectarán al resto de América Latina».
El experto en análisis político advirtió que, además, el aislamiento internacional de Venezuela podría conllevar riesgos para la seguridad en la región latinoamericana, especialmente en el área del Caribe. Sin la necesidad de colaborar en temas de seguridad, Venezuela podría convertirse en refugio o hub para organizaciones criminales transnacionales.
Jiménez también mencionó que, a corto plazo, se anticipa un incremento en la consolidación de un sistema de inclinación socialista en Venezuela.
«Es importante reconocer que se están persiguiendo los mismos fines que la revolución cubana ha intentado desde 1959, aunque en Venezuela esos objetivos totalitarios de implantar un Estado socialista se han buscado por medios diferentes. Podría decirse que el régimen venezolano corre el riesgo de ser catalogado como lo que algunos analistas llaman dictadura electa, concepto mencionado por el analista internacional Moisés Naím bajo el término de sigilocracia. Esto implica que, a diferencia de las dictaduras tradicionales instauradas por golpes militares, las nuevas dictaduras en América Latina y otras regiones emergen mediante elecciones manipuladas por un líder populista que capitaliza el sentir popular y las emociones de la ciudadanía. En Venezuela, esto significará una aceleración en la destrucción de lo que queda de valores democráticos», explicó detalladamente el especialista.
Estas declaraciones fueron hechas por Jiménez durante su participación en el programa de televisión «El Día», transmitido por Telesistema 11.
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