Contrario a pensar que “no es necesario adelantarnos a los acontecimientos”, la reciente decisión del mandatario norteamericano, Joe Biden, de no buscar la reelección era algo que varios ya anticipábamos basados en las razones que señalé en mi artículo anterior sobre Trump, titulado “el invencible”.
Fuentes dentro de ambos partidos, demócrata y republicano, así como de algunos medios de noticias, habían señalado el esfuerzo interno por parte de los demócratas de presentar un candidato presidencial tras el anunciado declive de Biden. Conversaciones y rumores apuntaban a que el ex presidente Obama estaba interesado en promover la candidatura de Michelle Obama, quien tiene gran recibimiento y apoyo por parte de la población. Mientras, otros sectores dentro del mismo partido preferían sugerir a políticos actualmente en cargos electos y alejados de la administración de Biden, sin embargo, el apoyo explícito de Biden hacia Kamala Harris aseguró un respaldo sólido dentro del partido, resaltando la considerable influencia que mantiene Biden dentro de su espacio político, a pesar de las preocupaciones sobre su idoneidad como candidato y su estado de salud.
El Partido Republicano, por su lado, preveía esta maniobra y ya estaba esbozando estrategias para enfrentarse a Harris en las urnas. La potencial candidatura de figuras como Michelle Obama causaba inquietud dentro del partido, dada su capacidad de movilizar el favor popular en contra de Trump. Sin embargo, con Harris como la candidata demócrata, los republicanos se sienten preparados para centrar su ofensiva destacando su historial como vicepresidenta, sus años como fiscal general en San Francisco y California, y su trabajo en el Senado.
Con la impresionante cifra de 81 millones de dólares recaudados en las primeras 24 horas después de su nominación, Harris enfrenta grandes desafíos. Un paso crucial será la elección de su compañero de fórmula, con varios nombres ya resonando como posibles candidatos, entre ellos Josh Shapiro, Mark Kelly, Roy Cooper, Andy Beshear, Pete Buttigieg, Gretchen Whitmer, Wes Moore, Tim Walz, y Gavin Newsom.
Al seleccionar a su compañero de vicepresidencia, el siguiente gran obstáculo será encarar una árdua campaña electoral en los poco más de 100 días que restan hasta los comicios. Durante este periodo, los aspirantes deben compartir sus historias personales, presentarse ante el electorado estadounidense, y no solo captar su atención, sino también asegurar sus votos.
Respecto al proceso electoral en Estados Unidos, el presidente Abinader expresó el lunes en La Semanal que mantuvo una relación favorable tanto con la administración de Trump como con la de Biden. Aunque considero que los resultados de las elecciones estadounidenses son de gran interés para la República Dominicana, en lo personal creo que sería más beneficioso para el país una victoria del Partido Republicano.
Los desplegados retos de Kamala Harris
La travesía política y la sucesión de desafíos que Kamala Harris enfrenta son monumentales. A medida que avanza el tiempo, se acumulan las expectativas y las especulaciones sobre cómo su campaña podría cambiar el tablero político estadounidense. Harris no solo tiene la tarea de consolidarse como una líder capaz y resiliente ante los ojos del público, sino también de tejer una narrativa que la distinga claramente de las figuras políticas actuales y pasadas, incluyendo la de su contrincante. La habilidad de Harris para navegar por estos complicados mares políticos marcará el rumbo de su campaña electoral y, posiblemente, el futuro liderazgo de Estados Unidos.