Transformaciones en la gestión de la República Dominicana en el reciente cuatrienio

Los últimos cuatro años de gobierno constitucional nos ofrecen a los habitantes dominicanos una valiosa ocasión para renovar nuestra imagen como nación encaminándonos hacia la edificación de un modelo de crecimiento sostenible.

A diferencia de otras naciones, República Dominicana cuenta con una abundancia de recursos naturales, una topografía favorable, una ubicación geográfica estratégica y una fuerza laboral en constante crecimiento.

Nos hemos encontrado con la ausencia de metas estratégicas claras, líderes que actúen de manera visionaria y estrategias efectivas, así como la necesidad de funcionar como un proyecto nacional colectivo.

Al analizar los discursos de los candidatos y líderes de la oposición durante la última campaña electoral, nos enfrentamos a un discurso monótono y repetitivo que refleja el fracaso más notable de nuestra clase política hasta el momento.

Tanto el PLD como el FP han señalado y hacen hincapié en las mismas deficiencias y limitaciones que no pudieron resolver a lo largo de los casi veinte años en los que estuvieron en el poder de forma consecutiva.

Actualmente presenciamos un presidente comprometido en legar una serie de estrategias clave para el desarrollo económico y social, así como para el fortalecimiento institucional.

Se presenta una oportunidad significativa, dado que el presidente Luis Abinader ya ha dejado en claro su intención de no buscar mantenerse en el poder ni de buscar una reelección futura, rompiendo con la continuidad que ha dividido a la población y dificultado el progreso.

El presidente Abinader subraya la importancia de llevar a cabo una serie de reformas consensuadas: constitucionales, fiscales, del sistema de seguridad social, laborales, entre otras, las cuales servirán como base para avanzar en otros temas en los cuales necesitamos ponernos de acuerdo.

Esperamos poder unir a un amplio espectro de fuerzas para dar forma al Proyecto Nacional. El presidente Abinader reafirma constantemente su compromiso con la concertación.

No obstante, la concertación democrática no implica unanimidad, siempre existirán personas que ejercerán su derecho a disentir, incluso en contra de la mayoría.

Es pertinente mencionar que, posiblemente anticipando la necesidad imperativa de llevar a cabo los cambios y reformas postergados durante tanto tiempo, en las elecciones de este año, tanto municipales, legislativas y presidenciales, el pueblo respaldó al presidente Abinader y al PRM y sus aliados para implementar dichos cambios en cualquier circunstancia.

Los críticos opositores utilizan un tono sarcástico para afirmar que si el PRM y sus aliados no logran materializar los cambios prometidos, es simplemente debido a la falta de voluntad política necesaria para llevarlos a cabo.

Todo se encuentra claro

¿verdad?