En la República Dominicana, el último domingo de julio se reserva para homenajear a los padres, una ocasión donde la figura paterna —quien con amor, responsabilidad y entrega define el verdadero sentido de ser padre— es el centro de atención, pero también se dedica tiempo para reflexionar sobre aquellos padres que distan de este ideal.
Para el año 2022, se ha identificado que la mayor proporción de núcleos familiares monoparentales, donde un solo progenitor (ya sea el padre o la madre) se ocupa del sostén y formación de sus hijos, corresponde a un 23.6% del total en el país.
Según Sobeyda Bueno, psicóloga clínica, la falta de una figura parental esencial puede repercutir significativamente en el desarrollo de los niños. Un padre puede estar físicamente en el hogar pero ser emocionalmente distante, no involucrarse activamente en el crecimiento y educación de sus hijos.
La psicóloga Sobeyda Bueno habla sobre el “Síndrome del padre ausente”, una condición donde el padre, a pesar de estar, dedica la mayor parte de su tiempo a trabajo u otras actividades, dejando un vacío afectivo en sus hijos que acarrea consecuencias emocionales profundas en su adultez.
Además, Bueno destaca que la ausencia paterna puede perjudicar las futuras relaciones sociales e íntimas de los hijos, quienes suelen sentirse desatendidos, malinterpretados o no valorados por falta de atención emocional durante su crianza.
La experta añade que existen investigaciones que revelan cómo esta carencia durante la niñez o adolescencia se vincula a manifestaciones emocionales negativas como ansiedad, depresión, baja autoestima, rendimiento académico deficiente, comportamientos inapropiados y hasta autolesiones en etapas posteriores de la vida.
El origen y significado detrás del Día de los Padres
Tradición arraigada en el último domingo de julio, el Día de los Padres en República Dominicana, originalmente se celebraba en junio, un mes después del Día de las Madres. La modificación de esta fecha se atribuye a la necesidad de un margen económico más amplio entre ambas celebraciones, permitiendo así una mejor preparación para homenajear a los padres.
La decisión de trasladar la celebración del Día de los Padres al último domingo de julio radica en la perspectiva económica, buscando asegurar que los hijos puedan acumular suficientes recursos para adquirir regalos significativos para sus padres, luego de los gastos realizados en el mes de mayo durante el Día de las Madres.
Esta fecha no solo es propicia para la entrega de regalos; también se ha convertido en una oportunidad para fortalecer los vínculos familiares, celebrando junto a padres y seres queridos.
Extrañando a aquellos padres que, por diversas circunstancias, no se encuentran con nosotros, este día se convierte en una ocasión para reflexionar sobre el valor inmenso de la paternidad y el legado afectivo que dejan a sus hijos, incluso en su ausencia.