La visión de Milei en la esfera política
Por Diego M. Raus
En el ámbito político, existen determinados aspectos que poseen una relevancia significativa. Esto se evidenció de manera clara en la intervención realizada por el presidente Milei el pasado domingo, 15 de septiembre, a las 21 horas en el Congreso, con el propósito de presentar el Presupuesto Nacional correspondiente al año 2025.
En la Argentina, la tradición dicta que el gobierno en funciones presente el presupuesto del siguiente año a finales de septiembre para su posterior discusión y aprobación en el Congreso. Sin embargo, en esta ocasión se presentaron dos novedades en este acto político habitual: la fecha y hora de la presentación a través de cadena oficial, y que dicha presentación fuera realizada por el presidente en lugar del ministro de Economía, como es habitual en cuestiones económicas.
En el discurso de apertura, el presidente explicó por qué era él quien estaba presentando el presupuesto en lugar de su ministro. En esta explicación se encuentra en la raíz del dilema: el presidente anunció que este presupuesto reflejará la estrategia innegociable de su gobierno, destacando que esta estrategia representaría un cambio de 120 años de historia económica y política en Argentina.
La esencia de esta estrategia es el objetivo de mantener un déficit fiscal nulo, priorizando el pago de deudas. Para lograr esto, se establece la necesidad de contar con un superávit fiscal primario que garantice dicho objetivo, condicionando cualquier otro tipo de gasto público en función de esta premisa.
Explicado de forma más simple, esto significa que todos los gastos estatales estarán supeditados a la disponibilidad de recursos fiscales después de destinar lo necesario para el pago de deudas. Ya sea en inversiones públicas, salud, educación, ciencia y tecnología, programas sociales, seguridad o sistema previsional, la premisa es clara: si hay recursos después de pagar deudas, se implementarán políticas públicas, de lo contrario, éstas se verán afectadas en la misma medida.
En un contexto económico donde la inflación anual roza el 94%, con una disminución pronunciada de los salarios públicos, elevados índices de pobreza e indigencia, y un recorte significativo en áreas como educación y ciencia, la propuesta de profundizar el ajuste económico se antoja irreal. El presidente también solicitó a las provincias reducir gastos en 2025 por un monto de 60.000 millones de dólares, incluso cuando algunas provincias ya batallan para mantener servicios básicos de salud y educación.
La corriente libertaria, basada en la economía austriaca, aboga por la reducción del papel del estado, especialmente en lo económico, y busca trasladar las necesidades sociales al mercado. En este sentido, cualquier política impositiva que respalde el gasto público es considerada como una interferencia en la propiedad privada. El presidente mencionó que en caso de crecimiento económico, se procedería a recortar impuestos, sin mencionar explícitamente si esto afectaría a empresas o grandes fortunas.
Alguien afirmó que la política es el arte de lo imposible. En la actualidad, la política se limita a ejecutar acciones mínimas siempre y cuando exista un contexto propicio para llevarlas a cabo, dejando atrás la idea de enfrentar desafíos insuperables.
La propuesta de Milei, enmarcada en el proyecto de Ley de Presupuesto Nacional 2025 pero interpretada como una medida política de ajuste radical, se sitúa en el terreno de lo inalcanzable. En el estado socioeconómico actual de Argentina, proponer una reducción de los servicios públicos esenciales se percibe como un desafío que probablemente desencadene protestas y conflictos de gran magnitud en la sociedad.
Esta es la nueva versión del contenido, adaptada e interpretada según las circunstancias actuales.