Luis Miguel Pérez, junto a su entrenador Porfirio Minier, desembarca en París con el compromiso de entregarlo todo en cada enfrentamiento
Enviando representación por parte de República Dominicana en la competencia de lucha de los próximos Juegos Olímpicos París 2024, que inaugura su ceremonia mañana (viernes) en esta ciudad, por primera vez en dos décadas, será Luis Miguel Pérez Sosa, marcando el retorno de un deportista dominicano a la lucha olímpica desde la participación de Jansel Ramírez en Atenas 2004.
“Me percibo a mí mismo como un vencedor que vive el apogeo de su vida profesional,” dijo emocionado Pérez Sosa poco después de su arribo a París, junto a su mentor, Porfirio Minier. Hizo énfasis en cómo la clasificación y ser elegido para llevar la bandera de su nación en los Juegos Olímpicos ya lo hacen sentir un campeón.
“Además, llego lleno de entusiasmo y perfectamente preparado para ofrecer lo mejor de mi y rendir tributo a mi República Dominicana con todo el honor y respeto que se merece,” manifestó.
La clasificación de Pérez Sosa a París 2024 se selló en el torneo clasificatorio realizado en marzo del presente año en Acapulco, México, compitiendo en la categoría de menos de 97 kilos, estilo libre.
“Desde esa victoria, he estado constantemente soñando con conquistar el podio en París y otorgarle esa primera medalla olímpica en lucha a mi país,” declaró.
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Además, Pérez Sosa aspira a convertirse en un inspirador ejemplo para las futuras generaciones de atletas dominicanos, mostrando que con dedicación y esfuerzo, los sueños pueden hacerse realidad. Esta oportunidad de competir en los Juegos Olímpicos representa no solo un logro persona,l sino también el resultado de años de intensa preparación y sacrificio.
Finalmente, el dominicano está consciente del desafío que tiene por delante, pero está convencido de que su arduo entrenamiento y la pasión por su deporte lo llevarán a alcanzar sus metas. “París 2024 no es solo una competencia más, es el escenario donde quiero dejar una huella imborrable,” afirmó Pérez Sosa, mostrándose como un verdadero ejemplo de dedicación y optimismo.