El impacto de la falta de refinamiento y lo inapropiado en nuestra sociedad
Nuestro entorno social y, por ende, nuestros círculos familiares se ven afectados y sacudidos por una importante crisis ética y espiritual, marcada por una notable descomposición moral. Este fenómeno se manifiesta, principalmente en la juventud, a través de conductas inmorales, vulgares, obscenas y groseras. Un factor que contribuye significativamente a promover estos valores negativos es el uso irresponsable de las redes sociales, sin que las autoridades correspondientes impongan límites claros en su utilización.
De manera general, es lamentable y preocupante observar la aceptación que ciertos espectáculos de música urbana, reguetón y otros géneros ajenos a nuestra cultura reciben. La vulgaridad de los artistas, sus vestimentas, las letras de sus canciones y los mensajes perjudiciales que transmiten hacia los jóvenes son motivo de vergüenza y decepción. Resulta alarmante la falta de acciones por parte de las autoridades para regular estas manifestaciones culturales que contravienen nuestros valores.
Por otro lado, es común que muchos jóvenes crean que el camino hacia el éxito y la fama implica adoptar comportamientos inapropiados y valores negativos. La necesidad de ser viral en redes sociales lleva a estos jóvenes a faltarle el respeto a lo sagrado, a valores patrios y a actuar de manera deshonrosa. En lugar de seguir ejemplos positivos de nuestra propia cultura, muchos optan por imitar figuras moralmente cuestionables que promueven un estilo de vida perjudicial para la sociedad.
Estos modelos culturales importados interfieren de manera negativa en la formación de los jóvenes, quienes, careciendo de un criterio sólido, son influenciados por mensajes inapropiados que glorifican conductas nocivas como la promiscuidad, el dinero fácil y el consumo de drogas. La falta de orientación adecuada los lleva a transitar por caminos peligrosos, alejándolos de valores fundamentales y propiciando conductas delictivas que afectan a la sociedad en su conjunto.
Es claro que nuestro sistema educativo actual no aborda de manera efectiva este problema, ya que se han eliminado asignaturas y prácticas que antes contribuían a la formación integral de los estudiantes. La falta de programas educativos orientados a contrarrestar esta decadencia moral en los centros educativos ha generado un deterioro en los valores de la juventud, reflejado en los bajos resultados obtenidos en evaluaciones internacionales. Es imperativo encontrar una solución a esta crisis moral que se extiende como un cáncer en nuestra sociedad.