Cómo la desigualdad obstaculiza el camino hacia un desarrollo sostenible

La desigualdad y su impacto en el desarrollo sostenible

Se pueden identificar dos conceptos complementarios que describen diferentes formas de discrepancias económicas en una sociedad: la disparidad en los ingresos y en la acumulación de riqueza. Ambos reflejan la distribución desigual de recursos económicos, pero se centran en aspectos distintos del bienestar financiero.

Las disparidades de ingresos se relacionan con la distribución irregular de los ingresos percibidos por individuos o familias en una comunidad. Estos ingresos provienen de diversas fuentes como salarios, beneficios sociales, rentas o intereses, y representan lo que una persona o grupo familiar gana en un periodo específico (mensualmente o anualmente).

Por otro lado, las disparidades en la riqueza se enlazan con la distribución desigual de los activos acumulados con el tiempo, tales como propiedades, inversiones, ahorros, tierras, bienes duraderos y capital financiero. A diferencia de los ingresos, la riqueza significa el capital neto o el total de recursos que una persona o familia posee después de restar sus deudas.

La World Inequality Database (WID), una base de datos reconocida a nivel mundial, ofrece información detallada sobre la evolución histórica de la distribución de ingresos y riqueza tanto a nivel nacional como internacional, contando con la contribución de más de 100 investigadores de diversos continentes.

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La desigualdad en América Latina y sus repercusiones

Los datos referentes a América Latina revelan que la desigualdad extrema sigue siendo un desafío persistente en la región durante décadas. Según la World Inequality Database, el 1% de la población más próspera de América Latina controla alrededor del 45% de la riqueza regional, en comparación con el 35% en Estados Unidos, el 31% en el Este de Asia y el 25% en Europa.

En cuanto a los ingresos, el panorama es el siguiente: el 1% más acomodado de la población concentra aproximadamente el 22%, frente al 20% de Estados Unidos, el 16% del Este de Asia y el 11% de Europa.

De estos datos se infiere que la riqueza está distribuida de manera más concentrada que los ingresos. Esto implica que, aunque dos individuos posean ingresos similares, aquel que tenga acceso a mayor riqueza (como propiedades o inversiones) gozará de una posición económica más ventajosa.

El impacto en la distribución de la riqueza por país

Al analizar la distribución de la riqueza por país, se destaca que países como Chile, Brasil, México, Perú, Costa Rica y Colombia presentan altos niveles de desigualdad. En estos territorios, el 1% más rico acapara una parte significativa de la riqueza total. Por otro lado, naciones como Argentina, El Salvador y Ecuador muestran un panorama menos desigual en este aspecto.

Entre los factores que contribuyen a agravar la desigualdad en América Latina se encuentran la limitada accesibilidad a activos financieros para la mayoría de la población, las dificultades para adquirir bienes como viviendas, la escasa movilidad social, la persistencia de la pobreza generacional y un sistema tributario poco equitativo que beneficia a las clases más acomodadas.

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Reflexión final

Las problemáticas políticas, sociales e institucionales en América Latina están intrínsecamente ligadas a la gran concentración de riqueza en la región. Esta condición supone un obstáculo significativo para alcanzar los objetivos y metas relacionados con el desarrollo sostenible, perjudicando el progreso equitativo de la sociedad en su conjunto.

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