Dieciséis de los 43 supervivientes del trágico hundimiento en la zona de Los Guayacanes fueron dados de alta médica y se reunieron con sus seres queridos, tras ser rescatados y atendidos en centros sanitarios de San Pedro de Macorís.
La búsqueda de más supervivientes por parte de la Armada Dominicana se retomó a primeras horas de la mañana, a las seis, abarcando la zona del siniestro con el fin de encontrar a potenciales ocupantes de la nave siniestrada. Este esfuerzo pretendía dar con aquellos que intentaron alcanzar las costas de Puerto Rico de manera clandestina, utilizando equipos y embarcaciones especializadas para la tarea.
Los reportes indican que, después de un exhaustivo proceso, todos los rescatados han sido entregados a sus respectivas familias. Previamente, estos supervivientes tuvieron que pasar por un interrogatorio conducido por oficiales de la Dirección de Inteligencia Naval M-2 y por representantes del Ministerio Público.
La tragedia marítima que se cobró la vida de cinco individuos, incluida una joven de 13 años, una mujer y tres varones de edades diversas, aconteció a unas siete millas marítimas de Los Guayacanes, provocando una inmediata respuesta de rescate.
Reportes adicionales destacan que la mayoría de los que sobrevivieron al accidente provienen de diversas localidades del sur del país, junto con individuos de Nagua y Sánchez. Todos ellos ya han sido acogidos por sus familiares, quienes los esperaban angustiados.
Por otro lado, las autoridades navales dominicanas, con el apoyo del Ministerio Público, no cesan en sus esfuerzos por identificar a los organizadores de esta temeraria travesía hacia Puerto Rico, que lamentablemente resultó en la muerte de cinco personas.
Pese al intento de las autoridades por obtener información, ninguno de los supervivientes ha ofrecido datos concretos sobre los organizadores de la expedición, señalando no tener conocimiento de sus identidades ya que fueron reclutados a través de intermediarios.
Varios de los rescatados expresaron su arrepentimiento y la decisión de no volver a emprender una ruta tan peligrosa, extendiendo su gratitud hacia la Armada Dominicana, la Defensa Civil y otras entidades por salvarlos de las aguas del mar Caribe.
Con motivo de reforzar la seguridad y prevenir futuros incidentes, se han intensificado las patrullas y la vigilancia en las zonas costeras conocidas por ser puntos de partida de estas peligrosas travesías. La cooperación entre las diversas agencias asegura una respuesta más efectiva ante tales situaciones de emergencia.
Adicionalmente, se está trabajando en campañas de concienciación para informar a la población sobre los riesgos de emprender viajes ilegales en condición precaria. La tragedia ha evidenciado la necesidad de abordar tanto la seguridad marítima como las causas subyacentes que llevan a individuos a arriesgar sus vidas.
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