Desde Washington, Luis Almagro, líder de la Organización de Estados Americanos, exige que Nicolás Maduro acepte su fracaso en las urnas permitiendo la recuperación democrática en Venezuela.
La oficina de Almagro señaló la imposibilidad del CNE de demostrar los votos a favor de Maduro, calificando la situación de “patética y risible”, añadiendo un tono trágico al asunto.
Para Almagro, es crucial que Maduro dé su brazo a torcer frente a las pruebas en manos de la disidencia, encabezada por Edmundo González Urrutia y María Corina Machado, para así confirmar su pérdida en los comicios y fomentar el renacer democrático en el país.
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El documento sugiere que, de persistir la negativa, sería indispensable convocar a nuevos comicios vigilados por observadores internacionales de la UE y la OEA.
Además, Almagro ha pedido la conformación de un CNE renovado para atenuar las anomalías que afectaron la legitimidad de las recientes elecciones, cuyo desenlace ha sido cuestionado internacionalmente debido a la ausencia de claridad en los datos del recuento.
Según la proclamación del CNE venezolano, Maduro obtuvo el 51,20 % de los sufragios en contraste con el 44,20 % de su adversario Edmundo González Urrutia, con un 80 % de los votos escrutados sin especificar más detalles.
La facción opositora manifiesta poseer documentos oficiales de la votación y ha creado una plataforma para exhibirlas al público.
Machado declaró que la oposición ha conseguido el 73% de dichos documentos, los cuales -según afirma- demuestran una victoria contundente de González Urrutia, desmintiendo el anunciado triunfo de Maduro por el CNE.
“La noche del domingo se presenció una manipulación electoral evidente y en algunos casos ejecutada de forma muy tosca”, expresó Almagro con pesar.
Agregando a la situación, muchos venezolanos y observadores internacionales han llamado a un diálogo abierto y transparente que permita examinar los registros electorales para asegurar la validez de los resultados. Esta medida busca no solo fortalecer la fe en el sistema electoral venezolano sino también en su proceso democrático, el cual ha sido severamente cuestionado.
En una era en la que la transparencia y la legitimidad son fundamentales para la confianza pública, el paso hacia adelante propuesto por Almagro y respaldado por varios sectores es considerado esencial para dejar atrás las controversias y mirar hacia el futuro de Venezuela con esperanza y unidad.