La confrontación y la división marcaron la retórica entre Maduro y la oposición durante la campaña
La lucha por el poder se manifestó con eventos y marchas a lo largo de toda Caracas, donde tanto seguidores del gobierno como de la oposición buscaron mostrar su fuerza en el día final de campaña hacia las elecciones presidenciales de este domingo, contienda en la que Nicolás Maduro busca continuar en el poder para un tercer periodo.
En las últimas semanas, la atmósfera electoral fue marcada por una intensa división, con Maduro advirtiendo sobre un posible “baño de sangre” en caso de un triunfo opositor, con el liderazgo de María Corina Machado y la candidatura de Edmundo González como su principal desafío.
Durante su último mitin, Maduro exhortó a sus seguidores a votar este domingo, sosteniendo que se está jugando “el destino de Venezuela para las siguientes décadas”.
En un evento masivo en Caracas, Maduro se presentó como el único capaz de mantener la paz y estabilidad en Venezuela, lanzando duras críticas a sus rivales políticos, a quienes despectivamente catalogó como “patarucos”, haciendo referencia a un término peyorativo usado en peleas de gallos.
Maduro cuestionó abiertamente quién, entre los 10 aspirantes, podría asegurar la paz y estabilidad del país, y advirtió sobre los riesgos de elegir a un presidente “títere” con intenciones de privatizar.
Por otro lado, Edmundo González describió la campaña como “heroica”, atribuyendo su éxito a la “unidad de las fuerzas democráticas y el liderazgo de María Corina Machado”.
A sus 74 años y tras ser seleccionado en marzo como el candidato de la oposición después que la Contraloría General bloqueara a Machado para ejercer cargos públicos por 15 años, González se mostró como un sólido representante del cambio.
Podría interesarle: Curiosas manifestaciones contra Netanyahu incluyeron la liberación de insectos en su hotel en EE.UU.
Además, en los días previos al cierre de la campaña, se intensificaron las acciones en las calles. Tanto el gobierno como la oposición aprovecharon la oportunidad para realizar eventos culturales y políticos, buscando no solo captar la atención de sus seguidores habituales, sino también de aquellos indecisos cuyos votos podrían ser cruciales. Maduro y su equipo se centraron en presentar sus logros de gestión y promesas de futuro, mientras que la oposición enfatizó en la necesidad de un cambio de dirección para superar la crisis actual.
Este último esfuerzo de campaña evidenció la profunda división del país y reflejó la importancia de estos comicios para el futuro de Venezuela. La oposición, pese a las dificultades y las restricciones impuestas, logró mantener un frente unido en torno a la figura de González, intentando capitalizar el descontento generalizado con la situación económica y social. En respuesta, Maduro y su partido hicieron un llamado al miedo, sugiriendo que los cambios propuestos por la oposición podrían llevar al país al caos.