Por tercer día consecutivo, la suspensión de las pruebas de triatlón masculino en el Sena persiste por parte de los organizadores de los Juegos Olímpicos, debido a condiciones inadecuadas del agua para el baño
El río Sena, escenario inicialmente resplandeciente para el comienzo de los Juegos Olímpicos, donde París demostró su compromiso con un entorno fluvial limpio y sustentable, ha visto comprometida su calidad de agua para competiciones a raíz de las fuertes lluvias de la ceremonia inaugural.
Desde 2016, se han destinado 1.400 millones de euros a un ambicioso programa de mejora de la calidad del agua, que se constituye como una de las principales innovaciones de los Juegos en París, pero que aún enfrenta obstáculos para su implementación efectiva.
El impedimento detrás de la anulación de las competiciones
Durante la madrugada, Eau de París reveló que el agua no satisfacía los estándares de salubridad necesarios. “Los valores medidos en ciertos puntos del trayecto de natación permanecen sobre los umbrales permitidos, a pesar de los avances en la calidad del agua”, anunciaron.
Los niveles de contaminación se monitorean a través de la detección de bacterias como E.coli y enterococos, sugiriendo un exceso en las tasas de estas, lo cual vuelve insegura la realización de actividades acuáticas recreativas en el río.
La contaminación se incrementa cuando las precipitaciones intensas hacen que el agua de la lluvia se combine con el agua de desecho, rebasando el nivel de los aliviaderos y contaminando así el río.
Por ende, parte del agua residencial, que debería dirigirse a plantas de tratamiento, termina en el Sena, agravando la contaminación.
A pesar de los esfuerzos por reconducir los desechos que antes terminaban directamente en el Sena, incluyendo los de embarcaciones y viviendas cercanas, las medidas aún resultan insuficientes ante precipitaciones de gran intensidad.
Historia de la prohibición bañista en el Sena
Annie Hidalgo, junto con otros altos funcionarios, demostró el 17 de julio que el baño era factible en el río, una visión que se vio desmentida al viernes siguiente cuando se confirmó que el agua no reunía las condiciones sanitarias adecuadas.
Desde 1923, el baño en el Sena se encuentra prohibido debido a los riesgos sanitarios que sus aguas representaban, transmitiendo diversas enfermedades. No obstante, la calidad del agua ha mostrado una mejora gradual, reflejada en el incremento de diversidad biológica, con más de 30 especies de peces registradas, un aumento significativo desde las tres especies reportadas en 1970.
Estrategias de regeneración para el río Sena
Para la descontaminación del Sena se ha emprendido un programa estatal que contempla 40 meses de obras, incluyendo la gestión de agua residual, estaciones de depuración y lagunas de tormenta para disminuir la polución bacteriana. Asimismo, se ha renovado el sistema de drenaje urbano.
Además, gracias a ayudas financieras, aproximadamente 250 viviendas flotantes han sido incorporadas al sistema de saneamiento urbano de París.
En mayo se finalizó un componente clave del plan de limpieza, un depósito cilíndrico de hormigón de gran envergadura destinado a contener excesos de agua pluvial, cuya efectividad fue puesta a prueba con las recientes lluvias.
Propósito final del saneamiento del Sena
Además de la misión ambiental de erradicar la polución, se proyecta la creación de zonas de recreo acuático y playas urbanas para 2025 en diversas áreas a lo largo del Sena, con el fin de ofrecer espacios para el baño público en un futuro cercano.
Con el incremento de las temperaturas en verano, producto del cambio climático, la posibilidad de nadar en el Sena se presenta como un anhelado respiro y legado de los Juegos Olímpicos para residentes y turistas por igual.