El valor del agua como recurso vital para la humanidad
Recientemente, un representante de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) hizo hincapié en la importancia del agua como recurso esencial para la vida, resaltando su carácter de bien común donado por la naturaleza y alejado de intereses económicos.
En Canadá, Pedro Arrojo Agudo expuso la relevancia del agua como un derecho humano y bien compartido entre todos los habitantes del planeta.
En lugar de ser privatizada, el control del agua debe ser transparente, gestionado por gobiernos en colaboración con autoridades locales y comunidades cercanas a las fuentes de agua para asegurar su sostenibilidad.
Además, es fundamental que se reconozca el agua como un derecho humano según lo establecido por la ONU en 2010, y no como un recurso sujeto a las leyes del mercado.
Es esencial proteger el agua de los intentos de privatización que buscan lucrarse a costa de un recurso indispensable para la vida de todos.
Las propuestas legislativas de privatizar el agua deben reconsiderarse, ya que este recurso debe ser tratado como un bien público y no como una mercancía, como lo expresa la Constitución.
El ciclo del agua, parte vital del sistema climático, debe ser gestionado como un patrimonio común mundial, lo que requiere estrategias efectivas ante el cambio climático.
Estas declaraciones hacen hincapié en que el agua no debe tener un precio, sino ser valorada como un elemento esencial para la vida, más allá de consideraciones económicas.
Para asegurar la sostenibilidad de las grandes cuencas hidrográficas, se debe promover una gobernanza sin ánimo de lucro a distintos niveles, que garantice transparencia y participación pública en la gestión de los recursos acuáticos.
La participación activa de las comunidades y la devolución del poder a los gobiernos locales son esenciales para una gestión efectiva del agua, tal como se estableció en los inicios de la República en 1844.
El compromiso con la preservación del agua a nivel mundial
Es crucial realizar esfuerzos a nivel global para salvaguardar el recurso vital que es el agua, garantizando su acceso equitativo para todos sin que pueda ser objeto de apropiación por intereses privados.