Una historia de dos presas y su destino compartido
Un claro signo de que República Dominicana muestra rezago en su desarrollo se refleja en la necesidad de 5 cambios de Gobierno y la intervención de 4 presidentes para la construcción de una presa hidroeléctrica.
Lo innegable es que las presas fundamentales de Monte Grande en Azua y Guaigüí en La Vega, comparten una trayectoria similar. Monte Grande fue iniciada por Leonel en 2009 con el propósito de regar 800 mil tareas y controlar las inundaciones en Jaquimeyes, Palo Alto y Canoa; su construcción comenzó el 28 de julio de 2010, tuvo interrupciones y fue retomada en 2018, notando modificaciones en su diseño en 2020. Finalmente, el 25 de enero de 2024 Abinader inauguró el embalse. Sin embargo, aún restan las obras complementarias por completar.
Por otro lado, la construcción de la presa Guaigüí fue iniciada por Hipólito el primero de septiembre de 2001 y ya ha transcurrido un lapso de 23 años desde entonces. Esta infraestructura impactará en la irrigación de 80 mil tareas de cultivo de arroz y será crucial para controlar las inundaciones en el Bajo Yuna. A pesar de su relevancia, se plantea la incógnita de cuántas administraciones más serán necesarias para que entre en funcionamiento pleno.
Posibles retos futuros
Ante la finalización de las obras complementarias de Monte Grande y la puesta en marcha plena de Guaigüí, se vislumbran desafíos que podrían impactar en la eficiencia operativa de estas presas. Es crucial que se gestionen de manera adecuada los recursos hídricos y se mantenga un monitoreo constante de las estructuras para garantizar su funcionamiento óptimo en beneficio de la población.