La culminación de la construcción tras 483 años en la Catedral
En el año 541, finalizó la edificación de la majestuosa Catedral Primada de América, situada en la Ciudad Colonial de Santo Domingo, un monumento arquitectónico emblemático del continente.
Admirada por su grandeza, la construcción de la catedral fue iniciada por orden del Papa Julio II en 1504, aunque su construcción empezó en 1514 bajo la dirección de Diego Colón. La llegada del Obispo Alejandro Geraldini en 1519 impulsó significativamente los trabajos, pese a su lamentable fallecimiento en 1524. Los arquitectos Alonso Rodríguez, Luis de Moya y Rodrígo de Liendo fueron los encargados del diseño de este prodigio arquitectónico.
Para su finalización, el constructor Alonzo Gonzales se inspiró en la grandiosa Catedral de Sevilla de su tierra natal, concluyendo la edificación en 1541.
La evolución histórica de la Catedral a lo largo de los siglos
En 1546, la catedral fue elevada al rango de Metropolitana y Primada de América por el Papa Pablo III, a petición del monarca Carlos I de España.
En un triste episodio, en 1586 la catedral fue invadida por las tropas de Francis Drake, quienes la saquearon dejando su huella en la historia del monumento.
En 1920, el Papa Benedicto XV la designó Basílica Menor de Santa María, convirtiéndose así en el centro de la Arquidiócesis de Santo Domingo.
A lo largo de los años, la catedral ha sido sometida a diversas intervenciones, la más reciente en 2014 con una inversión de 50 millones de pesos por parte del Gobierno central.
La imponente arquitectura y patrimonio artístico de la catedral
La arquitectura gótica de la catedral de Santo Domingo se caracteriza por sus bóvedas nervadas, robustas paredes y tres imponentes puertas, donde dos siguen el estilo gótico y una tercera principal presenta rasgos platerescos.
En su interior alberga un valioso tesoro artístico, incluyendo retablos, pinturas (destacando la tabla de la Virgen de la Altagracia de 1523), mobiliario antiguo, monumentos y tumbas conmemorativas, resaltando los mausoleos de los arzobispos del período colonial. Originalmente, los restos de Cristóbal Colón reposaron en la catedral, posteriormente trasladados a La Habana en 1795 y finalmente a Sevilla.