De vender productos en un mercado a destacar como supermodelo global

De vendedor de frutas en un mercado a figura destacada en la moda global

La famosa reveló los esfuerzos que su familia hizo para cuidar a su hermana. Durante su infancia, tuvo que enfrentar la pobreza y las responsabilidades en el hogar, creando una historia de superación que la llevaría a la cima del mundo de la moda.

Un nuevo comienzo por descubrimiento fortuito

Natalia Vodianova, a los 11 años, se dedicaba a la venta de manzanas en el mercado de su barrio en Nizhni Nóvgorod, Rusia. Su madre, Larisa, sostenía económicamente la familia trabajando en cuatro empleos, mientras cuidaba de sus tres hijas. El cuidado especial de su hermana Oksana, quien sufría de parálisis cerebral y autismo, representaba una carga emocional y física significativa que amenazaba con desbordarla.

Lo inesperado sucedió cuando un cazatalentos de París la descubrió entre los puestos de frutas, ofreciéndole la oportunidad de viajar a Francia. A sus 17 años, Natalia embarcó en un avión rumbo a París, donde su destino dio un giro inesperado.

Modelo exitosa y madre comprometida

En poco tiempo, Natalia Vodianova, de vendedora de manzanas, pasó a desfilar en las principales pasarelas del mundo. Reconocidas marcas como Calvin Klein, Valentino y Karl Lagerfeld vieron en ella algo cautivador, algo más allá de su apariencia física. La niña que vendía frutas se convirtió en una de las supermodelos más buscadas a nivel mundial.

Su carrera se catapultó, participando en más de 50 desfiles en una sola temporada, desde Milán hasta Nueva York, mientras era portada de revistas icónicas. A los 19 años, en medio de la vorágine de la moda, quedó embarazada de su primer hijo, Lucas, fruto de su matrimonio con Justin Portman. Sin embargo, este acontecimiento no detuvo su carrera, combinando desfiles con la crianza de su hijo.

Tras su divorcio, entabló una relación con Antoine Arnault, heredero del imperio de lujo LVMH, con quien se casó en 2020. Juntos forman una familia numerosa en París, compartiendo su vida entre compromisos profesionales y personales.

Compromiso social y empoderamiento femenino

Además de su exitosa carrera en la moda, Natalia fundó la Naked Heart Foundation, una organización que apoya a niños con discapacidades, inspirada por su hermana. Su labor como embajadora de la ONU para la salud femenina la ha llevado a hablar sobre temas delicados como el estigma en torno a la menstruación, abogando por la inclusión y el empoderamiento femenino.

A pesar de su legendario éxito y su vida llena de lujos, Natalia no se detiene en su labor social ni profesional. Con una determinación inquebrantable y un realismo que inspira, demuestra que la maternidad y la superación personal pueden ser compatibles, formando un equilibrio entre su vida pública y privada.

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