Aproximadamente hace dos semanas, el mandatario Luis Abinader indicó que, respondiendo a los llamados de diversos sectores, se encuentra en evaluación la unión de los Ministerios de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Mescyt) y de Educación (Minerd).
Este planteamiento de fusión forma parte de la reforma fiscal que el ejecutivo desea implementar, según declaró el presidente. Aunque este plan aún no es definitivo y se halla en fase de propuesta, como subrayó más adelante Franklin García Fermín, ministro de Educación Superior.
La intención detrás de esta potencial integración de entidades reside en la optimización de las operaciones y la reducción del gasto público. No obstante, para Juan Valez, director del Observatorio Educativo de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), “las resoluciones referentes al futuro educativo de la nación no pueden fundamentarse únicamente en los pedidos de algunos sectores o colectividades con intereses específicos, sin un análisis previo acerca de la necesidad, viabilidad y sustentabilidad de dichas acciones”.
Valdez destacó la importancia de que estas solicitudes se hagan de manera pública, se discutan y se apoyen en estudios de necesidades y viabilidad. “Estamos hablando del porvenir educativo del pueblo dominicano, y este no debería depender del parecer de un grupo reducido de personas”, expresó.
Adicionalmente, para Valdez, el argumento gubernamental sobre la eficiencia de fusionar los ministerios no se sostiene. Alega que la eficiencia se traduce en mejorar el desempeño de un ministerio para lograr metas educativas de forma efectiva, algo complicado cuando se combinan instituciones con fines distintos. MESCyt y Minerd no solo difieren en los servicios que ofrecen, sino también en métodos de enseñanza, niveles educativos que abarcan, estructuras administrativas, cobertura, complejidades operativas y capacitación del personal implicado.
Desde su perspectiva, la fusión “no representaría una mejora significativa desde el punto de vista financiero, considerando que el presupuesto asignado a Mescyt es solamente de 20,000 millones de pesos, de los que un 68 % se destina a la Universidad Autónoma de Santo Domingo, y el resto se invierte en servicios para la educación superior y salarios”, señaló Valdez.
Por lo tanto, concluye el profesor, la unificación proyectada solo perjudicaría al Minerd, significando un retroceso para el 4 % del Producto Interno Bruto destinado a este sector.
No obstante, ha habido un llamado consistente de diferentes grupos en años recientes a favor de la unificación o eliminación de ciertas entidades para aliviar la carga del presupuesto nacional y, por ende, optimizar el gasto público.
Por su parte, la administración actual se ha comprometido a llevar a cabo las reformas propuestas, siempre bajo un marco de consenso nacional.
En relación a esto, el presidente Abinader ha enfatizado que, aunque su partido detenta la mayoría en el Congreso Nacional, se esforzarán por incluir a todos los sectores políticos, económicos y sociales en el proceso de la reforma constitucional.
Implicaciones de una Posible Fusión
Una fusión entre el Mescyt y Minerd no sólo representa un desafío en términos de reoganización y enfoques de gestión educativa, sino que también pone en riesa los distintas metas y objetivos que cada uno persigue. Estas metas, esenciales para el desarrollo educativo independiente y especializado de sectores específicos de la población, podrían verse diluidas bajo una estructura unificada, impactando la calidad y alcance de la educación en el país.