La titular de la cartera de la Mujer manifestó su apoyo a la creación de una normativa exclusiva que garantice los derechos establecidos en el convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para el sector del empleo doméstico, ante el estancamiento de la propuesta para su regulación.
“Es imperativo que toda persona que labore en el ámbito doméstico cuente con un salario digno, acceso a la seguridad social y derecho a una jubilación digna. La protección de sus derechos fundamentales es esencial”, declaró la ministra.
Se ha informado: La decisión sobre la juramentación de Abinader y Raquel en el Teatro Nacional se tomará hoy por los congresistas.
En este sentido, indicó que, con el apoyo de los colectivos de trabajadores domésticos, el Ministerio de la Mujer ha preparado un borrador de ley que será presentado ante el presidente Luis Abinader. Posteriormente, será evaluado por la Consultoría Jurídica del Poder Ejecutivo y, finalmente, propuesto ante el Congreso. “No concuerdo con la idea de integrar estos derechos dentro del Código de Trabajo ya que este sector laboral posee particularidades y requisitos que requieren la atención y consideración legislativa específica”, agregó. Se estima que más de 260,000 individuos se dedican a esta labor de servicio doméstico remunerado.
Este tema se discutió ampliamente en el Almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio.
La importancia de avanzar hacia la legislación específica para el empleo doméstico radica en la visibilización y reconocimiento de las labores que miles de personas realizan a diario, asegurando sus derechos laborales que históricamente han sido relegados. La iniciativa de la ministra demuestra un avance significativo en la lucha por un trabajo digno e igualitario para todos, subrayando la necesidad de que el estado brinde garantías y protección específica a este grupo laboral.
Implicaciones de la Propuesta de Ley Específica
La propuesta para crear una ley especial que rija el sector del empleo doméstico trae consigo diversas implicaciones positivas, entre ellas, la oportunidad de acceder a mejores condiciones de trabajo, una remuneración justa y el acceso a sistemas de protección social y jubilación. Esto no solo beneficia a las personas trabajadoras, sino que también promueve una cultura de respeto y valoración del trabajo doméstico como una labor esencial dentro de la sociedad.