Aumentar la cobertura de la licencia por ser papá
La más reciente sugerencia para ajustar el Código de Trabajo en la República Dominicana y dar a los padres 4 días de licencia por paternidad es considerada como un avance modesto y distante de las necesidades reales de las familias. En una nación que avanza hacia la aplicación de políticas de cuidado y que es signataria de tratados internacionales que aseguran la igualdad de género, resulta desmotivador que la coincidencia entre los empresarios y el gobierno se limite a un incremento de apenas dos días en la licencia por paternidad, elevándola a 4 días.
Esta sugerencia se vuelve aún más inentendible al contemplar que el Estado ya ha promovido una licencia de paternidad de 15 días para los trabajadores públicos. Resulta ilógico que para los empleados del ámbito privado se busque establecer una licencia considerablemente menor. La equidad debe ser un principio aplicado de forma coherente en todos los ámbitos.
Más allá de ser insuficiente, esta medida refuerza la concepción de que el cuidado de los hijos es una responsabilidad exclusiva de las madres. Países donde se concede hasta 90 días de licencia de paternidad han probado que la activa participación de los padres en el cuidado de sus hijos contribuye a un mejor crecimiento infantil y reduce la carga sobre las madres, permitiendo una mayor igualdad tanto en el ámbito familiar como laboral.
Además de lo mencionado anteriormente, es esencial reconocer la necesidad apremiante de ampliar el tiempo que los padres dedican a sus hijos e hijas. No se trata de «ayudar» a la madre, sino de asumir totalmente las responsabilidades que le corresponden al padre en su rol dentro de la familia. Esta ampliación es crucial para promover un ambiente familiar equitativo y saludable, donde ambos progenitores participen activamente en el cuidado y desarrollo de sus hijos.
Beneficios económicos y personales de una licencia por paternidad más amplia
La justificación económica detrás del mantenimiento de una licencia de paternidad corta usualmente se basa en la noción de que una licencia más extensa impactaría negativamente en la productividad. Sin embargo, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha indicado que las compañías que implementan políticas familiares más inclusivas tienden a tener más éxito a largo plazo. La retención de empleados y el aumento de la satisfacción laboral son solo algunos de los beneficios derivados de tales políticas.
Asimismo, la salud mental de los padres también debería considerarse como una prioridad. Diversos estudios muestran que los padres que toman una licencia de paternidad prolongada establecen sólidos vínculos con sus hijos e hijas, y presentan mejores indicadores de salud mental. La activa participación de los padres en la crianza contribuye a una estructura familiar más sólida y saludable, lo que se traduce en un impacto positivo y necesario en la sociedad.
Si existe temor a que el tiempo de la licencia sea utilizado de forma inadecuada, se podría condicionar su otorgamiento a la participación en cursos de cuidado prenatal u otras actividades similares. En caso de preocupación sobre que un empleado con comportamiento irresponsable pueda abusar de la licencia y solicitarla repetidamente, se podría limitar su acceso a una vez al año o únicamente cuando el hijo o hija sea también de la esposa o pareja debidamente registrada.
Los 4 días de licencia de paternidad propuestos en la potencial modificación del Código de Trabajo dominicano representan un avance insuficiente frente a los retos actuales en cuanto a igualdad de género y bienestar familiar. Para cumplir con sus compromisos internacionales y su política de cuidados, el país debería adoptar una licencia de paternidad más ambiciosa que reconozca el papel crucial de los padres en la crianza. Una medida más sólida no solo fortalecerá a las familias y promoverá una mayor igualdad en el hogar, sino que también incentivará el desarrollo económico y social al establecer un ambiente laboral más equitativo y eficaz.
La participación activa de los padres en la crianza contribuye a una estructura familiar más sólida y saludable, lo que se traduce en un impacto positivo y necesario en la sociedad.