El camino del yoga hacia los Juegos Olímpicos: el desafío de India por su reconocimiento como deporte genera controversia

La Iniciativa de India para Incorporar el Yoga en los Juegos Olímpicos: Un Debate Encendido

La inclusión del yoga como una disciplina deportiva en los próximos Juegos Asiáticos, y las discusiones sobre su potencial participación en los Juegos Olímpicos de 2036, han suscitado un amplio debate. La nación de India ha sido el motor detrás de esta propuesta innovadora.

Recientemente, PT Usha, la presidenta de la Asociación Olímpica India, anunció el interés del país en hacer del yoga una parte de los Juegos Asiáticos, un importante evento deportivo celebrado cada cuatro años.

Mansukh Mandaviya, el ministro de Deportes de India, aplaudió esta iniciativa, destacando que la inmensa popularidad del yoga merece su lugar en el ámbito competitivo de los Juegos Asiáticos.

Según declaraciones recientes, India no solo busca promover el yoga en los Juegos Asiáticos sino también en la arena olímpica, planeando presentarlo como parte de su propuesta para los Juegos Olímpicos de 2036, lo que marca el comienzo de un posible nuevo capítulo para esta disciplina en el deporte competitivo.

Aunque vista como una práctica tradicional y espiritual, la antigüedad del yoga es un tema de debate. James Mallison y Mark Singleton sitúan sus orígenes en el siglo III a.C., mientras que el gobierno indio lo atribuye a la época védica, alrededor del 2700 a.C., aunque esta afirmación es vista con escepticismo por algunos académicos.

El yoga, con su reciente designación como deporte en competiciones estatales de India bajo la categoría de yogasana desde 2020, demuestra su adaptabilidad y la aceptación del componente físico en competiciones, a pesar de que su esencia también englobe aspectos mentales y espirituales que son difíciles de medir en un contexto competitivo.

¿Cómo se Compete en Yoga?

La competición en yoga, según Yogasana Bharat, se basa en la ejecución de una serie de asanas o posturas, evaluadas bajo criterios específicos que incluyen la transición suave y artística de una postura a otra, en ocasiones acompañada de música y posible en presentaciones individuales o en grupos.

Esta modalidad ha llevado a comparaciones con la gimnasia artística debido a sus similitudes en la ejecución de las rutinas, generando controversia entre practicantes del yoga tradicional, quienes ven la competencia como un aspecto ajeno a los principios del yoga.

Tara Das, experta en ashtanga, expresó su preocupación al respecto, enfatizando que la esencia del yoga trasciende la mera realización de asanas. La competencia introduce un elemento ajeno a la práctica tradicional, que es por naturaleza no competitiva.

Este movimiento hacia la competición puede ser visto como un esfuerzo de India por reclamar y preservar su herencia cultural frente a la globalización del yoga, aunque este enfoque sea objeto de críticas por parte de quienes creen que distorsiona su verdadero espíritu.

La profesora de yoga Arathi Menon también comparte su perspectiva crítica sobre la nomenclatura de yoga como deporte, aunque reconoce que las competiciones no son un fenómeno completamente nuevo y no teme que eso diluya la práctica tradicional del yoga a largo plazo.

Este debate sobre la inclusión del yoga como disciplina olímpica refleja una tensión entre la preservación de la milenaria tradición y su evolución hacia el reconocimiento en el panorama deportivo internacional, sugiriendo que la adaptabilidad del yoga puede ser tan diversa como sus propias enseñanzas.

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos y para mostrarte publicidad relacionada con sus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad